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miércoles, 20 de mayo de 2015

Consultorio teocrático: "Adulterio, ¿es necesario confesárselo al cónyuge?"

Comité judicial de los testigos de Jehová


     Estimadas víctimas del fundamentalismo teocrático:

     Nuestra hermana Carmen López, nos escribe al sector disidente para informarse teocráticamente sin trampa ni cartón watchtoweriano.  Ella nos refiere el problema que está atravesando una tercera persona que ha confiado en ella: una testigo de Jehová que hace años cometió adulterio -en una sola ocasión- con un noviete de la juventud..., ¡cayó en el pecado!  Sin embargo, dejemos que sea la mismísima Carmen la que nos lo explique:

     "La hermana Cándida, me abordó esta semana -sabe que frecuento sitios apóstatas en la Red- para informarse de las consecuencias que tendría el que ella se confesase a un anciano de la congregación, pues hace años cometió adulterio con un noviete de la juventud que también era testigo de Jehová.  No obstante, tiene miedo a que el anciano se lo chive a su marido, que tiene muy mal genio y un mal perder.  ¿Puede confiar en que el anciano guardará el secreto de confesión?".

     El sigilo sacramental, el secreto de arcano, o secreto de confesión, tal como lo conocemos el común de los mortales no existe en la confesión religiosa de los testigos de Jehová, no se contempla en las directrices que emanan del Cuerpo Gobernante.  ¿Por qué digo esto?  El secreto de confesión se define así:

«El sigilo sacramental es inviolable; por lo cual está terminantemente prohibido al confesor descubrir al penitente, de palabra o de cualquier otro modo, y por ningún motivo». Código de Derecho Canónico, canon 983,1.

     Según las directrices del cuerpo eclesiástico de los testigos de Jehová, si un servidor le confiesa a un anciano que ha cometido adulterio, el anciano tiene el deber de comunicarlo al resto de ancianos y estos seleccionarán un comité judicial -normalmente compuesto de tres ancianos- para tratar el asunto con el pecador.  O sea, de momento, la primera medida que tomará el anciano que te ha confesado será... irse del pico comunicando tu confesión a los otros ancianos.  No es que el anciano confesor sea lengüilargo, no, es el protocolo que le ha sido impuesto y debe seguir a pie juntillas.

     Además, en ese comité judicial los ancianos profundizarán en los "detalles" del adulterio: le penetró el novio una vez o varias, se practicó sexo anal u oral, en qué lugar, a qué hora, hubo tocamientos de las partes genitales, etc., etc., etc.  ¡Te van a sacar los colores preguntándote por los aspectos íntimos del "pecado"!  Cuando salgas de comité judicial, saldrás con la moral por los suelos y te verás como un ser despreciable.  Después, ¿te atreverás a mirar a los ojos a esos ancianos cuando te los encuentres en el Salón del Reino?

     Aún más; tienes una probabilidad alta de que algún anciano comparta con su esposa el secreto de confesión.  La esposa con sus amigas íntimas y estas con sus otra amigas..., al final toda la comunidad religiosa queda informada, extraoficialmente, ¡pero informada!  Esta es una posibilidad real a tener en cuenta.

    Pero, ¿acabarán aquí tus males?  Lo mejor está por venir.  Como no nos gusta la demagogia gratuita ni la intoxicación de la que hacen gala los agentes Watch, nos remitimos a las publicaciones oficiales de la entidad religiosa..., ¡que no se diga!  La pregunta de la hermana Cándida, ya ha sido contestada por la confesión religiosa, de modo que, presta atención.  ¡Va por ustedes!

* Si una mujer que ha cometido adulterio se arrepiente y demuestra esto confesando su mal al comité judicial de la congregación cristiana con la que está asociada, ¿es preciso que ella confiese el error a su esposo?-M. A., EE. UU.

Sí, ése es un derrotero tanto necesario como prudente, sea que su esposo sea cristiano o no. 

Los cristianos saben bien que Dios condena el adulterio. (Deu. 5:18; 1 Cor. 6:9, 10) Los que optan por participar en ello no son tolerados por la congregación pura del pueblo de Jehová. La Biblia indica que tales personas moralmente corrompidas deben ser expulsadas de la congregación cristiana, tanto para protección de los que están en ella como para que el espíritu de Dios continúe operando en la congregación sin restricción.-l Cor. 5:5, 9-13. 

[...] Por ejemplo, si una mujer de la congregación cediera a la tentación y cometiera adulterio, debería sentirse herida en el corazón a causa de este pecado atroz. Pero, ¿qué tiene que hacer para conseguir perdón y ayuda? [...]

Además de confesar lo hecho a Dios, la Biblia también aconseja a la persona que ha pecado seriamente que dé otro paso. Este se manifiesta en Santiago 5:13-16, que dice: "Que mande llamar a los hombres de mayor edad de la congregación, y que ellos oren sobre él ... También, si hubiere cometido pecados, se le perdonará. Por lo tanto confiesen abiertamente sus pecados los unos a los otros y oren los unos por los otros, para que sean sanados." Hoy en cada congregación de los testigos de Jehová hay un comité de tres de tales cristianos maduros que están encargados de la responsabilidad de ayudar sinceramente a los pecadores arrepentidos, o de actuar para expulsar a cualquiera que sea una amenaza a la pureza moral de la congregación por medio de practicar pecados y no obtener el perdón de Dios por no demostrar arrepentimiento.

Pero, ¿es eso todo lo que ésta debería hacer... dirigirse a Dios y a los representantes de la congregación? No, en este ejemplo hay otro paso que deberia darse aun antes de dirigirse a los hermanos que espiritualmente son de mayor edad y que obrarán a favor de la congregación. El pecado de adulterio envuelve al esposo de la mujer. Ella ha hecho un voto de fidelidad a él. Solo él tiene el derecho de tener relaciones sexuales con ella, y se ha abusado de su derecho. Asemejando el débito conyugal a agua del pozo de uno, Proverbios 5:15, 18 indica que una persona casada tiene el privilegio del débito sexual puro de parte de su cónyuge. Esa "agua" no debe ser contaminada por el adulterio, y si lo ha sido, entonces al cónyuge inocente se le debe informar en cuanto a ello. Además, si un cónyuge ha cometido adulterio, entonces el lecho conyugal honorable ha sido contaminado.-Heb. 13:4. 


El cónyuge culpable quizás titubee en cuanto a confesar, al preocuparse sobre cuál será la reacción de su esposo y si éste mostrará perdón o no. Pero eso es algo que ella debería haber pensado antes de meterse en la situación que resultó en adulterio.

Si ella trata de profesar arrepentimiento delante del comité Judicial de congregación, éste buscará evidencia de arrepentimiento. Por ejemplo, si ella estuviese verdaderamente arrepentida no protegería a aquel con quien pecó. Si aquél fuese parte de la congregación, entonces el comité podría examinar los asuntos en esa dirección también, para mantener la buena posición de la congregación con Dios. Pero en esta situación, otra evidencia del arrepentimiento sincero de parte de la mujer seria confesar el error al cónyuge inocente, buscando su perdón y ayuda. Si la culpable no está dispuesta a mostrar humildad de esta manera y asumir responsabilidad por su pecado, ¿puede decirse realmente que ella esté arrepentida? ¡Ni pensarlo!

Ahora bien, si una cristiana dedicada se permitiera entrar en una situación que resultara en adulterio, ha dado prueba de que necesita ayuda y vigilancia. Los siervos maduros de la congregación suministrarán ayuda espiritual para ella, trabajando para fortalecer su espiritualidad y fortalecer su vida como cristiana. (Gál. 6:1) Pero su esposo es una carne con ella, y como el que vive más cerca de ella, él es la persona apropiada para suministrar ayuda, estimulo y la vigilancia estrecha que obviamente ella necesita, y él posiblemente la ayude a evitar el asociarse con la persona con quien pecó. (Gén. 2:24) Aun si él no es creyente, probablemente él pueda ayudarla a resistir tentaciones adicionales y evitar situaciones que pudieran resultar en una repetición del error. 


De modo que el derrotero prudente y de arrepentimiento es buscar el perdón y la ayuda del cónyuge de uno, y eso se busca sea la esposa o el esposo quien haya pecado. También, éste es un paso necesario a fin de quedar uno mismo bien con Dios y con la congregación cristiana.  La Atalaya 15 de septiembre de 1968, páginas 575 y 576.

     Por lo tanto, los ancianos condicionarán el perdón de la congregación a que tú confieses el adulterio a tu esposo..., ¡aunque este sea una persona violenta!  ¡Cuidadín que esto puede acabar en una tragedia!  Y aquí no acaba la cosa, la esposa adúltera deberá revelar el nombre del noviete para que también lo empapelen a él..., ¡si la esposa quiere el perdón y que la comunidad religiosa la siga aceptando como miembro!  ¡Todo un 'embolao'!

     Un servidor, si tuviese la necesidad religiosa de confesarse, se dirigiría a un sacerdote católico..., ¡me ofrece más garantías!  Luego, tienes la posibilidad de recurrir a los servicios de personas especializadas en resolver conflictos matrimoniales, como los psicólogos, etc.

     En última instancia, las personas debemos asumir nuestra responsabilidad por nuestras decisiones, pero no podemos permitir que otras personas --como los ancianos de la congregación- nos impongan las decisiones que tengamos que tomar.  Lo que nunca haría sería confesarme ante un tribunal de tres ancianos, eso ni es confesión ni es nada..., ¡es un paripé teocrático!

     La verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.  Lo documentamos todo, todo y todo.  ¿Quién es el padre de la mentira y de los despropósitos en el nombre de Dios?




El B.O.E.: La Atalaya 15 de septiembre de 1968, páginas 575 y 576
http://jw-enciclopedia.blogspot.com.es/2014/04/biblioteca.html
   
¡Despertad! 22 de octubre de 1984, página 31