John Henry Kurtz (JHK). Con la tecnología de Blogger.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Suicidio y teología de estar por casa


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     Estimados camaradas víctimas de la pseudeteología watchtoweriana:

     Hoy, desde este púlpito virtual, tocaremos un tema delicado, muy delicado, ya que tiene que ver con el punto de vista de la confesión religiosa sobre las personas que padecen trastornos nerviosos y que han cometido algún intento frustrado de suicidio.  Incluso, de quienes se han suicidado.   A día de hoy, técnicamente, se les cataloga como personas que comenten un pecado grave, merecedores de un comité judicial con la posibilidad de ser expulsados.  En lugar de quitar este "delito" de su código penal, lo siguen manteniendo ahí.

     He hecho un repaso histórico desde el año 1930 hasta el año 2012, y veremos los cambios que ha podido sufrir la teología watchtoweriana en este tema trascendental.  Y como de costumbre, cuando caes en las manos de estos indocumentados, solo nos queda decirte: "¡Que te pillen confesado!".

    Suicidio: Lo único sensato y sin que sirva de precedente, es lo que dijo el segundo presidente de la confesión religiosa, el borrachín Joseph Franklin Rutherford, calificando al suicida de trastornado metal y por lo tanto alguien a quien no se le puede responsabilizar de esa locura transitoria. Eso fue en el año 1930. Después, en las publicaciones indexadas [desde 1930 al 1985] por la entidad religiosa, te remite a: dos referencias del año 1975 y otra de 1968.  Después, tendremos que remitirnos al año 1987 y 1990 [1986-2012], para hallar sendas referencias sobre el punto de vista bíblico sobre el suicidio.  Un servidor, ha indagado un poco más y ha encontrado algunas publicaciones más donde se amplía el asunto para tener un cuadro más completo. Normalmente, estos teócratas tunantes, esconden lo que no les interesa, no indexando esas publicaciones, por lo que el investigador lo tiene bastante crudo localizar otras referencias que no sean la interesada verdad oficial. Han quedado dos revistas de los años cincuenta que no he podido consultar, por lo que desconozco si ya para ese entonces se despotricó oficialmente contra los suicidas. A partir del año 1968, definitivamente se estigmatiza al suicida y al intento infructuoso de suicidio.

     El suicida es un pecador nato, al asesinarse a sí mismo, contra la ley divina. Suicidarse equivale a un asesinato, a un homicidio. El suicida comete un pecado catalogado de “grave” por el particular código penal de la confesión religiosa y, por lo tanto, debe juzgarse --se sobreentiende que al que ha intentado suicidarse y ha fallado-- al suicida en un comité judicial compuesto por tres ancianos, en la trastienda del Salón del Reino. El suicida muere habiendo cometido un pecado grave y queda comprometida su resurrección futura.

     La confesión religiosa no autoriza que al suicida se le pueda hacer un discurso de funeral en el ámbito de la confesión religiosa, tampoco podrán asistir ni al funeral ni al entierro los miembros de la comunidad religiosa. Tendremos que esperar hasta el año 1987 para que el cuerpo eclesiástico, de refilón y en una breve nota, consuele a los padres del suicida de que la resurrección del hijo no hay que descartarla automáticamente, sino que queda en manos de un Dios misericordioso. Pero, como de costumbre, dan una de cal y otra de arena, y en el año 1990, dan a entender que, después de todo, la resurrección del suicida no hay que darla por hecho con tanta alegría. ¡Todo un cubo de agua fría para los parientes que desafortunadamente tienen un suicida en la familia! También, en el año 1991, se da una advertencia a los posibles suicidas en potencia, advirtiéndoles que no abusen de la misericordia de Dios. Así, tendremos que llegar al año 2000 para que los mandamases escriban que Dios seguramente tendrá en cuenta a las personas que se han quitado la vida en un acto de enajenación transitoria o trastorno mental.

     En resumen, las personas que han padecido trastornos mentales graves, con deseos de suicidio y con alguna intentona fallida, han sufrido también el estigma de la comunidad religiosa..., ¡incluso los familiares del suicida! Han sido muy crueles con estas personas enfermas. Pero, como de costumbre, los integristas no tienen muchos problemas de escrúpulos para aplicar las leyes teocráticas con todo su rigor y sin circunstancias atenuantes.

     No obstante, en el manual secreto para los ancianos, edición del año 2010, todavía se cataloga el intento de suicidio como de pecado grave, merecedor de un comité judicial y consiguientemente, con la posibilidad de ser sentenciado y castigado con una expulsión. Aunque, si bien es cierto que indican que en la mayoría de los casos no sería necesario adoptar esta medida extrema con el presunto suicida. Algo que echo de menos, en las muchas directrices que reciben los ancianos de congregación de parte del Cuerpo Gobernante, es la necesidad de aconsejar a la persona con deseos suicidas para que acuda con urgencia a un psicólogo o psiquiatra en busca de ayuda.  Seguidamente, podréis leer en orden cronológico todas estas "luces" de la verdad watchtoweriana:

El juez Rutherford, en un programa radiofónico el 6 de julio de 1930, contestó la siguiente pregunta de un radioyente. 

Pregunta: Mi hijo se ha quitado la vida.  ¿Lo volveré a ver alguna vez? 

Respuesta:  Naturalmente un padre se siente profundamente apesadumbrado con respecto a un hijo que se ha quitado la vida, y la respuesta correcta es por lo tanto un verdadero consuelo para ese padre.  No es comprensible que una persona en su sano juicio se quite la vida.  Por lo menos, esa persona debe sufrir un trastorno aunque sea temporalmente.  Una persona trastornada no es responsable de sus actos y por lo tanto el Señor no le puede responsabilizar.  Jesús declaró: "No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio".  Y también está escrito: "Y tengo esperanza en cuanto a Dios, esperanza que estos mismos también abrigan, de que va a haber resurrección así de justos como de injustos".  Con la autoridad que me dan estos dos textos bíblicos estoy feliz de decirle que su hijo será levantado de entre los muertos, y entonces, obedeciendo la verdad y siguiendo tras la justicia, recibirá la bendición de la vida y vivir para siempre sobre la Tierra.  ¡Anímese!  Confíe en el Señor y espere pacientemente el cumplimiento de Sus promesas.  Él siempre cumple Su palabra.  The Golden Age, 17 de septiembre de 1930, página 825.

¿Es correcto que un testigo de Jehová conduzca un funeral para alguien que muere mientras está expulsado? E.B.--EE.UU. 

Una congregación de siervos de Jehová no debe celebrar el funeral de alguien que muere mientras está expulsado; tampoco debe oficiar en tal funeral un cristiano dedicado, a pesar de que los demás miembros de la familia sean testigos de Jehová y tengan una buena reputación. Tampoco debe asistir a tal funeral alguien de la congregación. Nunca queremos dar a los de afuera la impresión de que una persona expulsada era aceptable en la congregación cuando en verdad y de hecho no era aceptable sino que había sido expulsada de ella. 

David expresó la manera correcta de pensar cuando dijo que ni siquiera quería que se le asociara con tales personas al tiempo de la muerte: “No me quites el alma junto con los pecadores, ni la vida junto con los hombres culpables de derrame homicida de sangre.”--Salmo 26:9. La Atalaya, 1 de julio de 1962, página 415.

                El punto de vista cristiano 

A pesar de los llamados puntos de vista tolerantes hacia el suicidio en la cristiandad, puntos de vista que subrayan la creciente falta de moralidad y la falta de fe en Dios por parte del mundo, los cristianos verdaderos no pueden excusar tales actos, por varias razones.  Tales actos no muestran temor a Dios, ni confianza alguna en El.  Son un rechazamiento de la bondad inmerecida de Dios.  Son una violación de su mandamiento en contra del asesinato.  El suicidio es asesinato, y es tan incorrecto el asesinarse uno mismo como lo es asesinar al prójimo.  Es un desprecio a la santidad de la vida.  Es un acto de cobardía, el huir de los problemas en vez de enfrentarse a ellos.--Éxodo 20:13; Romanos 14:7-9. 

El suicido afecta la salud mental de los parientes o amigos del difunto.  Los deja con un enorme sentido de culpa y vergüenza, sin mencionar otras cargas que pueden sobrevenirles.  También afecta la salud mental de la comunidad.  Es como si uno hubiese encontrado un asesino en su comunidad, dentro de su propia familia.  Ciertamente no es un acto de amor, y los cristianos deben amar.--Marcos 12:28-31.  ¡Despertad!, 8 de marzo de 1968, páginas 5 y 6. 

● ¿Qué punto de vista indica la Palabra de Dios que los cristianos deben tener acerca del suicidio? 

Jehová como fuente de la vida ha decretado que la vida humana es preciosa, sagrada. (Gén. 9:5; Sal. 36:9) Por consiguiente, el suicidio, que significa quitarse uno su propia vida, o matarse uno mismo, está condenado por la Biblia. Tal acto intencional es autoasesinato. (Éxo. 20:13; 1 Juan 3:15) Los pocos suicidios que se mencionan en la Biblia son de los que fueron infieles a Jehová y que no consideraron que su vida realmente pertenecía a Dios.—1 Sam. 31:4; 2 Sam. 17:5-14, 23; 1 Rey. 16:18; Mat. 27:5. 

El que intencionalmente se quita su propia vida lo hace sin hacerle caso en absoluto a la santidad de la vida; se hace culpable de homicidio. Cuando alguien se suicida mientras está en posesión de sus facultades mentales, eso muestra que está falto de moralidad, que carece de fe, que no teme a Dios. Es un acto de cobardía, en el cual el individuo rehúsa enfrentarse a los problemas y responsabilidades de la vida. Si el individuo alegaba ser cristiano verdadero, ese acto rompería violentamente su relación con Jehová. El suicidio pudiera ser el haber cedido a presiones de demonios que animaran a la autodestrucción. (Mat. 17:14-18) Este sumamente egocéntrico acto de asesinato no manifiesta ningún amor a los miembros sobrevivientes de la familia de la persona, ningún amor a la congregación y amigos de la persona, y ni siquiera amor para la comunidad circunvecina, ya que trae vergüenza y angustia mental a todos los asociados.—Mar. 12:31. [...] 

Por otra parte, cuando se ha establecido claramente que es un suicidio, los miembros de la congregación y los ancianos pudieran desear no envolverse en el funeral. En esos casos se dejarían a la familia misma los arreglos para un funeral privado donde algún miembro de la casa pudiera decir unas cuantas palabras por consideración a los parientes. Además, algunos quizás no deseen asistir a un funeral de una persona de la cual se crea que se suicidó cuando el funeral lo conduce una persona que no es miembro de la congregación o el mismo empresario de pompas fúnebres a petición de la familia. 

Como amadores de la justicia dejamos el asunto en las manos de un Dios misericordioso y sapientísimo en cuanto a cualquier futuro posible para algunos de los que son impelidos al suicidio. Nosotros que somos amadores de la vida, que consideramos sagrado cada día de vida, nos esforzamos por conducir nuestros asuntos y asociaciones de cada día de manera que merezca la aprobación de Aquel que dio la vida a la humanidad. La Atalaya, 1 de diciembre de 1975, página 736. 

          ¿FUNERALES DE PERSONAS EXPULSADAS? 

Sin embargo, supongamos que el difunto sea una persona expulsada, alguien que haya sido echado de la congregación cristiana por una razón u otra. En “Preguntas de los lectores” (La Atalaya de 1962, pág. 415) se adoptó la posición de que era incorrecto un funeral para una persona expulsada. Se dio el comentario: “Nunca queremos dar a los de afuera la impresión de que una persona expulsada era aceptable en la congregación cuando en verdad y de hecho no era aceptable sino que había sido expulsada de ella.” ¿No hay excepciones, en cuanto a arreglos para el funeral para una persona expulsada? […] Parece que esta distinción hasta se podría observar en relación con el funeral de una persona expulsada. Una congregación cristiana no querría que su buen nombre se manchara al asociarlo con alguien a quien le aplicara 2 Juan 9, 10, aun en su muerte. Pero suponga que una persona expulsada hubiera estado dando alguna evidencia de arrepentimiento genuino y hubiera estado viniendo a las reuniones y manifestando un deseo de ser restaurada en la congregación. Entonces, si a los ancianos les pareciera que no perturbaría la paz y armonía de la congregación ni le traería vituperio al pueblo de Dios, no habría objeción alguna a que un anciano pronunciara un discurso. 

Esta fue la posición oficial de la confesión religiosa hasta que se publicó La Atalaya del 15 de junio de 2002, páginas 30 y 31: Hay un aspecto más que analizar: ¿cómo ven el suicidio y la muerte del difunto las personas de la comunidad? Esto debe interesar sobre todo a los ancianos, pues ellos cuidan de la reputación de la congregación local de los testigos de Jehová. Dependiendo de la actitud general hacia el suicidio en la comunidad, y en especial para con el caso en cuestión, puede que los ancianos prefieran no efectuar dicho funeral públicamente ni en el Salón del Reino. 

No obstante, es posible que un ministro cristiano a quien le pidan que hable en un funeral opte por hacerlo a nivel personal, no como representante de la congregación. Si así lo decide, debe ser discreto y no hacer comentarios categóricos sobre la posibilidad de que la persona sea resucitada. Cualquier perspectiva futura para los muertos está en manos de Jehová, y nadie puede decir si el difunto será resucitado o no. El ministro cristiano puede hablar sobre las verdades bíblicas respecto a los muertos y ofrecer consuelo a los que están de duelo. La Atalaya, 15 de octubre de 1977, página 634.

El dato acerca del suicidio de George se incluyó, no para indicar que el suicidio sea una muerte natural, sino para mostrar cómo su padre pudo hacer frente a esta tragedia gracias al consuelo de algunos textos bíblicos. Sí, el suicidarse es algo muy serio y trágico, pero siempre tenemos la seguridad de que Jehová y su Hijo, Jesucristo, obrarán correctamente en cada caso. Jehová conoce todas las circunstancias implicadas, el grado de responsabilidad y la posibilidad de arrepentimiento. Podemos cifrar confianza completa en que Él aplicará su misericordia al mayor grado posible en armonía con su voluntad.—La dirección.  ¡Despertad!, 22 de noviembre de 1987, página 28. 

              Una oportunidad misericordiosa 

Los amigos de la persona que se ha suicidado, aunque se sientan aturdidos por la noticia, pueden sentirse reconfortados al saber que “Jehová ha mostrado misericordia a los que le temen. Pues él mismo conoce bien la formación de nosotros, y se acuerda de que somos polvo”. (Salmo 103:10-14.) Solo Dios puede comprender plenamente el papel que desempeña una enfermedad mental, una situación extrema de estrés o hasta defectos genéticos en lo que se denomina una “crisis suicida”. La publicación National Observer comenta que “esta característica no es constante en nuestra vida, [sino que] a menudo es un asunto de solo minutos u horas”. (Eclesiastés 7:7.) 

En realidad, la persona que se quita la vida se priva de la oportunidad de arrepentirse de su acto. Pero, ¿quién puede saber si alguien que ha sentido el impulso de suicidarse habría cambiado de actitud en caso de haber fallado su intento de quitarse la vida? Por ejemplo, algunos asesinos renombrados han cambiado y han conseguido el perdón de Dios. (2 Reyes 21:16; 2 Crónicas 33:12, 13.) 

Tampoco hay que olvidar que, por haber pagado un “rescate en cambio por muchos”, Jehová está en su derecho de extender misericordia, incluso a algunas personas que se han quitado la vida, resucitándolas y dándoles la inestimable oportunidad de ‘arrepentirse y volverse a Dios por medio de hacer obras propias del arrepentimiento’. (Mateo 20:28; Hechos 26:20.) 

        La manera bíblica y responsable de ver la vida 

La vida es una dádiva de Dios, y por lo tanto no debe profanarse ni debe ponérsele fin a voluntad. (Santiago 1:17.) Debido a ello, las Escrituras nos animan a vernos, no como almas inmortales, sino como valiosas creaciones del Dios que nos ama, que valora el que estemos vivos y que espera con gozo el tiempo de la resurrección. (Job 14:14, 15.) 

La cualidad del amor nos permite reconocer que el suicidio, si bien es un medio de evadir los problemas, no hace más que amontonarlos sobre los seres queridos. Y en lo que respecta al que se quitó la vida a la ligera, nosotros, como humanos, no podemos juzgar si resucitará o no. ¿Hasta qué grado era culpable? Solo Dios escudriña ‘todos los corazones y toda inclinación de los pensamientos’. (1 Crónicas 28:9.) Pero podemos confiar en que ‘el Juez de toda la Tierra hará lo que es amoroso, justo y recto’. (Génesis 18:25.)  ¡Despertad!, 8 de septiembre de 1990, pagina 23. 

                             Suicidio   

Mi madre, una fiel sierva de Dios, se quitó la vida tras un mes de depresión profunda. Su muerte nos dejó a todos los que la amábamos con un pesar y una congoja indescriptibles. La idea de que quizás nunca volvería a verla hizo que el dolor de su pérdida se me hiciese aún más difícil de sobrellevar. Su artículo “El punto de vista bíblico: ¿Resucitarán los suicidas?” del 8 de septiembre de 1990 me hizo sentir más “normal” y feliz, pues ahora sé que puedo abrigar la esperanza de que resucite.--T. M., Estados Unidos 

El artículo mostraba misericordia. Sin embargo, ¿no cabe la posibilidad de que las personas angustiadas vean esa misericordia como un justificante para buscar la “salida fácil”? --N. G., Estados Unidos 

Si bien la desesperación implacable pudiera hacer que la muerte pareciese atractiva a una persona con depresión profunda (compárese con Job 10:1), el suicidio equivale al asesinato de uno mismo, lo que constituye una violación de la ley de Dios y una opción inaceptable para un cristiano. Si alguien tiene ideas suicidas, no debería abusar de la misericordia de Dios, sino buscar ayuda para resistir sus impulsos autodestructivos. (Santiago 1:14, 15.) Podría pensar en el doloroso vacío que su muerte dejaría en las vidas de sus seres queridos. Debería recordar que Jehová “está cerca de los que están quebrantados de corazón” y arrojar sus cargas sobre Él. (Salmo 34:18; 55:22.) También pudiera explicar a sus compañeros de creencia la desesperación que siente y aceptar su ayuda. Con todo, si una persona sucumbe a sus impulsos suicidas, los dolientes pueden consolarse al saber que el futuro de su ser querido está en las manos de un Dios amoroso.—La dirección. ¡Despertad!, 8 de enero de 1991, página 30. 

A los familiares quizás les parezca que estas circunstancias son extremas y que les faltan las fuerzas para soportarlas. Pero no han de olvidar que Jehová Dios resucita a los muertos, entre quienes bien pudieran estar los seres queridos que, abrumados por la depresión u otra enfermedad mental, o por la desesperación, se quitan la vida (véase “El punto de vista bíblico: ¿Resucitarán los suicidas?”, en ¡Despertad! del 8 de septiembre de 1990, págs. 22, 23). Aunque no puede justificarse el suicidio, consuela recordar que el futuro de nuestros seres queridos está en manos de Dios, quien comprende a la perfección que las debilidades y flaquezas pudieran empujar a uno a dar un paso tan desesperado.  ¡Despertad!, 22 de febrero de 2000, páginas 6 y 7. 

El último manual “secreto” entregado a los ancianos de congregación, en el apartado donde se enumeran los pecados graves que pueden llevar a la expulsión de un miembro de entre la comunidad religiosa y por tanto se le debe formar un comité judicial previamente, está el suicidio y el intento frustrado: Pecado grave que merece la formación de un comité judicial

4. Un intento de suicidio puede deberse a una profunda desesperación o depresión grave.  Traten a la persona con mucho cuidado y compasión.  En la mayoría de los casos no será necesaria una audiencia judicial.  (Salmo 88:3, 17, 18; Proverbios 15:13; Eclesiastés 7:7; La Atalaya, 1 de marzo de 1990, paginas 5-9; La Atalaya, 15 de marzo de 1990, páginas 26-30; ¡Despertad!, 8 de septiembre de 1990, página 22 y 23; La Atalaya, 15 de diciembre de 1983 paginas 3-11).  "Pastoreen el rebaño de Dios" (1 Pedro 5:2), página 59, [edición año 2010]. http://www.vacunadefe.com/Documents/ks-10.pdf

     La verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.  ¿Quién es el padre de la mentira y de todas las pifias teológicas?

sábado, 22 de febrero de 2014

"Cuerpo Gobernante, las estadísticas os traicionan"


     Estimados camaradas ibéricos y allende los mares:

     He podido echar un vistazo al estudio sociológico cuya portada tenéis más arriba.  Se trata de un libro titulado Centrality of religión in social life: essays in honour of James A. Beckford,  publicado en el 2010, por Eileen Barker, profesora emérita de The London School of Economics and Political Science.

     No he podido leerlo todo, pero he encontrado algo interesante sobre la confesión religiosa que afecta todo aspecto de nuestras vidas.  Se trata de viabilidad a medio y largo plazo.  Son números que nos hacen reflexionar sobre lo que estamos viviendo en nuestras congregaciones y entorno de nuestra entidad religiosa: cada vez somos menos y con más edad...  ¡Va por ustedes!

     El índice de crecimiento en número de publicadores ha estado en caída libre desde un 7% en el año 1982 hasta el poco más de 1% en el 2008.  La obra se ha estancado o reducido en países de Europa Occidental, EE.UU., Canadá, Australia y Japón.

     La productividad se mide por el número de horas de predicación necesarias hasta bautizar a un nuevo miembro.  En el año 1982 con 10.000 horas de predicación se conseguían 3,6 publicadores, mientras que para el 2008 sólo un 1,5 publicadores.  Llevamos 20 años de capa caída.  

     Lo que pasa es que tenemos que tener en cuenta que los nuevos conversos se originan de dos fuentes: los hijos que les nacen a los conversos y los que se consiguen puerta a puerta.  Luego estas 10.000 horas necesarias para hacer un converso y medio, en realidad serían muchas más si descontamos a los hijos de los testigos de Jehová.  Si pudiésemos saber cuántos de estos nuevos testigos que se bautizan provienen de familias Testigos, y cuántos son el resultado de la predicación pública, tal vez la proporción pueda ser mayor, y estaríamos hablando de 50.000 horas para conseguir un nuevo converso.  Esto significaría que, si un testigo de Jehová predica de promedio unas 100 horas al año, ¡necesitaría vivir unos 500 años para poder hacer un converso.  Y, hago un inciso: sin olvidar que el índice de retención de jóvenes en la secta, es de 3 de cada 10.

     El libro pone un símil que ilustra el origen del estancamiento o descenso de nuestra confesión religiosa.  Los conversos en potencia son las presas, y los Testigos somos los predadores.  Cuando el mar estaba lleno de peces, no había problema, cualquiera pescaba sin problema..., ¡no se necesitaba ninguna habilidad especial!  Pero cuando muchas personas se hicieron pescadores, cuando hay un exceso de la flota pesquera, caen: las capturas, la productividad y la rentabilidad..., los pescadores se desaniman.  La realidad es que cada día hay menos que pescar y cada vez son más los pescadores que se desaniman cayendo en la inactividad, ¡es un círculo vicioso!  Se aproxima el tiempo cuando ya no existe el incentivo para que la gente continúe pescando.  La realidad es que te puedes tirar toda una vida de esfuerzo sin conseguir ni un solo converso.  Cuando la razón de ser del individuo y de la congregación es hacer nuevos conversos y esto no se logra, seguidamente viene el desánimo y la sensación de fracaso.  La sensación es similar a cuando uno entra en una iglesia y ve a cuatro gatos.  Entonces, existe la posibilidad de que el crecimiento negativo acabe con el negocio.

     El libro también presenta la posibilidad de que el crecimiento nulo o negativo, sea un reflejo de la pésima gestión de la dirección (Cuerpo Gobernante) y lo errado de su estrategia.  

     En esta línea, es interesante la siguiente afirmación:
"La que recompensa que recibes por ser miembro está en poseer y proclamar la verdad, más bien que el acceso a rituales que eleven emocionalmente la moral religiosa, o el acceso a oportunidades sociales.  Las reuniones se parecen más a seminarios de entrenamiento que a servicios religiosos convencionales".

     Si echamos un vistazo a nuestras congregaciones, es evidente que estamos en franco retroceso.  El nicho de mercado ha tocado techo.  Básicamente, el crecimiento en nuestro movimiento religioso en España, se basa en el índice de natalidad entre los testigos de Jehová y la llegada de algunos inmigrantes del continente iberoamericano.  Además, no podemos olvidar lo dicho anteriormente, 7 de cada 10 de éstos jóvenes, abandonan la confesión religiosa. Yo presiento que la tasa de crecimiento de los testigos de Jehová en España, se acerca a la tasa de crecimiento vegetativo: restamos los fallecidos a los nacidos.  Por ejemplo, en el año 2012, el crecimiento en España fue cero patatero.  ¡Y eso contando que las cifras no estén infladas artificialmente!

     La venta de bienes inmuebles: sedes nacionales, salones de asamblea y salones del Reino..., ¡es un indicativo inequívoco que se acabó la bicoca!  Ahora, lo único que queda, es hacer caja.  Los ungidos de pacotilla, el Cuerpo Gobernante, se dedica a vender todo lo que puede y llevarse el dinero al paraíso...  ¡Dichosos los que trinquen la pasta, porque ellos se darán la buena vida!   ¿Alguien sabe dónde demonios están los cuatro millones de euros conseguidos con la venta de la única catedral que teníamos en Barcelona ciudad?

     La verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.  ¿Quién es el padre de la mentira y la ingeniería financiera en el nombre de Dios?

viernes, 21 de febrero de 2014

Cambios en la terminología watchtoweriana

Nízam (el Ojo que todo lo ve)




     Estimados escaldados y escamados camaradas:

     El Cuerpo Gobernante, en sus ratos de ocio  --que lo son todos--  piensa y piensa en cómo justificar ante la feligresía el tren de vida que llevan a costa de nuestros donativos en metálico.  Si no tienen estudios superiores conocidos, si no son teólogos, si no se les conoce profesión alguna..., ¿qué es lo que son entonces?  ¿Para qué están en este mundo?  ¿Qué justificaría la vidorra que se pegan, la de un rajá teocrático?

     Pues de tanto en tanto, se pierden en nimiedades varias, inventándose cosas, muchas veces incompresibles para los mortales apoquinantes, con los que desorientar a la parroquia y con las que dejarnos boquiabiertos elucubrando el por qué de los cambios en la terminología watchtoweriana..., ¡cuando en la mayoría de los casos no hay un por qué!  Simplemente, para demostrarnos que siguen disfrutando de una tarifa plana con el Altísimo, como el único canal de comunicación de Dios con la humanidad.  ¡Y, claro!  Si ellos hacen estos cambios, ¡será por que el Señor así lo quiere!  ¡No podría ser de otro modo!

     Como ejemplo de lo dicho, el hermano Nízam (el Ojo que todo lo ve), desde las catacumbas alcarreñas, ha tenido a bien compartir con toda la casa de la fe y de la fa, los últimos cambios en el argot watchtoweriano.  Ha colgado la carta en el foro del matrimonio Fuentes.  Él escribe:
"Aquí cuelgo la carta de la sucursal en España. Hay que decir que, desde el punto de vista económico, las asambleas de circuito AC están teniendo pérdidas en casi todos los circuitos, con respecto a lo que la WT-JW.ORG. considera que deberían recogerse como contribuciones.
Sin embargo, los días especiales de asamblea DEA, casi siempre están teniendo superávit.

De modo, que la jugada les saldrá redonda económicamente".  http://www.extj.com/showthread.php?24499-Cambieteos-de-nombres-recorte-de-alimento-espiritual-y-el-pasado-quedando-atras/page4
     La misma carta, pero para México, la encontramos colgada en el excelente blog informativo de nuestro hermano Yeis: en español, inglés, francés y ruso.
http://jaycetww.blogspot.mx/2014/02/hola-todos-mis-lectores.html

     La carta de hoy, fechada el 17 de febrero de 2014 y dirigida a las congregaciones, tiene como tema: Actualización de algunos términos de organización y de asambleas:

Superintendente de zona = Representante de la central mundial
Visita de zona = Visita del representante de la central mundial
Asamblea de distrito = Asamblea regional

     En cuanto a la duración de las asambleas de circuito también tenemos rebajas. Como hasta ahora, tendremos dos al año, pero de un solo día, no de dos días de duración.

     El término día especial de asamblea,  ¡pasa a mejor vida!  El espíritu santo de la Watchtower, ha revelado que ya no es apropiado.

     Concuerdo con Nízam en su análisis documentado: las asambleas de dos días sufren "pérdidas" económicas: los pedigüeños tienen la intuición de que los apoquinantes netos echarán el mismo dinero en las alcancías por un día de asamblea que por dos.  Se ahorran gastos en luz y agua, y en el caso de que se alquile algún local..., ¡pues el alquiler!  Además, descongestionan los Salones de Asamblea, lo que permitirá concentrar el doble de eventos en los Salones de Asambleas y poder vender la mitad de ellos, ¿no?  ¡Todo son ganancias para el Governing Body Bank!

     Luego, el cambio de términos, entra dentro de su estrategia de los últimos años de borrar todo lo que tenga que ver con el pasado, ¡borrón y cuenta nueva!, como muy bien apuntaba Mary Fuentes en el su foro.  El Cuerpo Gobernante está por la labor de romper con el pasado e iniciar una nueva etapa de la entidad religiosa, ¡quieren partir de su particular año cero, al estilo de los jemeres rojos camboyanos!  Quieren desentenderse de todas las profecías fallutas y verdades caducas..., ¡no desean que el pasado inmediato les salpique ahora que con Internet toda la información está asequible!

     Para que veáis que no todo son críticas, creo que el cambio que se hace de "superintendente de zona", por "representante de la central mundial", es muy acertado y explícito.  Antes era algo oscuro y ahora cualquier persona ajena a la confesión religiosa puede entenderlo fácilmente.

     Así, queridos hermanos fieles, os seguiremos informando puntualmente.  Ya conocéis nuestro lema preferido: lo documentamos todo, todo y todo.

     ¿Quién es el padre de la mentira y los diversos chanchullos teocráticos?

miércoles, 19 de febrero de 2014

Los testigos de Jehová y las bebidas alcohólicas

http://glenster1.webs.com/RutherfordSmilingBrightened.jpg

http://lavasori.files.wordpress.com/2008/09/rutherford-bebiendo1.jpg 
Joseph Franklin Rutherford (Pepe Botella)                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  http://en.wikipedia.org/wiki/Joseph_Franklin_Rutherford#cite_note-212 
    Estimados y escamados camaradas ocultos en las catacumbas:
   
     Lejos quedan aquellos años durante la Ley Seca, cuando la Voz de Dios en la Tierra estaba personificada en Joseph Franklin Rutherford..., ¡gran vividor, gran charlatán y mejor bebedor!  ¡Cómo se "inspiraba" con el whisky para escribir y administrar el alimento espiritual a la casa de la fe!  Durante décadas fue la única voz que escuchó el verdadero pueblo de Dios sobre la Tierra: ¡entonces no había Cuerpo Gobernante...,  ni qué ocho cuartos!  Pepe Botella, lo era todo para con todos.  Como Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como.  Me recordaba al generalísimo: "Joseph Franklin Rutherford, caudillo por la gracia de Dios".
http://en.wikipedia.org/wiki/Joseph_Franklin_Rutherford#cite_note-212

     Con su muerte, llegaron los reinados de Nathan Homer Knorr y de Frederick William Franz, especialmente Franz, era el pseutéologo políglota y profeta falluto.  A éste le dio por despotricar contra el alcohol con más virulencia y estigmatizar a quienes sucumbían a los que se dejaban seducir y caían en los brazos de la bebida embriagante.  Empezaron los años de "persecución" y la caza de brujas alcohólicas, sin tregua.  Años en los que, como de costumbre, la ley de embudo imperó por todo el reino wathtoweriano: si eras un pez gordo..., se decía que tenías aguante para la bebida..., ¡todo un cumplido!  Pero, si eras un apoquinante neto sin galones, como te pusieras contento con un vasito de vino, sufrías todo el peso de la ley watchtoweriana en la forma de un comité judicial en la trastienda del Salón del Reino, con nocturnidad y alevosía..., y con una expulsión más que asegurada que te llevabas debajo del brazo.

     Con los años ochenta del siglo pasado  --¡tan próximo a nosotros!--  se cambiaron un poco los modales de cara a la galería.  Entonces, se aplicaría aquello del puño de hierro con guante de seda.  Las formas eran un poco más modernas y acordes con los tiempos que marca la opinión pública, pero la sentencia igual de contundente..., ¡expulsión!  Y, en las mismas seguimos en este año de 2014.  En el último libro secreto [año 2010] dirigido a los ancianos de congregación, la borrachera o el alcoholismo, sigue en la lista de pecados capitales de nuestra entidad religiosa del notorio arraigo y olé.

     Seguidamente, os informo que he estado leyendo las publicaciones que se marcan en los Índices de las Publicaciones Watch Tower, desde el año 1930 hasta el 2012.  He intentado entresacar lo más significativo y los cambios que ha podido sufrir el tratamiento que se da la bebida en el entorno de la confesión religiosa y las medidas disciplinarias de carácter interno para el bebedor ocasional que lleva una vasito de vino de más, o el borracho impenitente.  ¡Va por ustedes!

Alcoholismo (borrachera):  La confesión religiosa, durante la vigencia de la Ley Seca (1919-1933), en los EE.UU., se opuso a esta ley.  En sus  publicaciones se han opuesto a la prohibición del consumo de las bebidas alcohólicas, aunque siempre han abogado por la moderación y en contra de la borrachera.  La borrachera o el alcoholismo, está considerado un pecado grave, merecedor de la formación de un comité judicial en la congregación, donde si el creyente no abandona esa dependencia, deberá ser expulsado de la congregación.  No hay distinción judicial entre una persona enganchada a la bebida o a cualquier sustancia estupefaciente.   No se admite como una atenuante el que el alcoholismo pueda ser considerado como una enfermedad: la ley teocrática es inflexible.  La confesión religiosa se ha opuesto a que se clasifique a esta dependencia de una enfermedad.  Aunque a partir de los años setenta del siglo pasado se habla de “curar” a las personas que padecen alcoholismo, siguen igual de intolerantes con este pecado grave.  Incluso en el caso de que una persona no sea alcohólica, ni borracha, sino que en una boda se pase y beba más de la cuenta; los ancianos deben formarle un comité judicial, y estará “controlado” a partir de entonces.  Una borrachera ocasional, digamos anual  --incluso en la intimidad de tu hogar--   es un pecado de tal magnitud que no puede arreglarse entre Dios y tú con una oración; estás obligado a confesárselo a un anciano, que a su vez tiene la obligación de informar de lo ocurrido al coordinador del cuerpo de ancianos..., ¡quedas fichado!

Esta, entonces, es la situación: Hombres y mujeres fanáticos quienes tienen la ambición de controlar las libertades y las conductas de otros han tenido éxito en insertar en el código penal una ley contraria a las disposiciones divinas, y que priva a los hombres del ejercicio de su propia autonomía moral e infringe las legítimas libertades humanas de otras maneras.  La ley ha fallado completamente en lograr el objetivo de toda ley.  Al contrario, ha producido delincuentes a una escala total, ha llenado el país de delito y de violencia, con miedo y aprensión, con whisky adulterado, y contrabando.  Reflexione en la injusticia de una ley que prohíbe lo que bebían los santos profetas, lo que Jesús elaboró y bebió, y lo que el apóstol aconseja consumir como un remedio para los trastornos estomacales.

Tal ley es el resultado del ejercicio de la sabiduría humana,  que Dios califica de tontedad.  Es un esfuerzo de parte de los hombres para obligar por la fuerza a ser virtuosos, y como otros métodos donde se utiliza la fuerza para imponerlos, fracasará.

La auténtica sabiduría consiste en remitirse a la Biblia para hallar el medio que utilizará Dios para eliminar el pecado, incluida la borrachera.  Así, pronto aprenderán que es imposible para el hombre hacer que impere la justicia en la Tierra, y también aprenderán que todo este trabajo de limpiar la Tierra y a la familia humana lo hará Jesucristo, cuando Su reino se establezca en la Tierra, en un futuro muy próximo.  The Golden Age
, 11 de junio de 1930, página 600.

Supongamos que hay un superintendente en una congregación del pueblo de Dios, un hombre de influencia, respetado, que sale una noche con amigos pero que no gobierna su beber de licor embriagador y se emborracha.  La Biblia declara muy definitivamente que los borrachos no heredarán el Reino. "¡Qué!  ¿No saben que las personas injustas no heredarán el reino de Dios?  No se extravíen.  Ni fornicadores, ni idólatras..., ni ladrones, ni personas codiciosas, ni borrachos..., heredarán el reino de Dios." (1 Corintios 6:9 y 10)  Aunque algunos de ustedes fueron así antes de venir a la verdad, dice Pablo, ustedes fueron limpiados.  Por eso, ¿por qué regresar a esta clase de práctica y hacer tropezar a su hermano?  Ahora tal vez un hermano vea a este superintendente ebrio que anda por la calle zigzagueando.  Este observador se escandaliza, se perturba y se ofende de que un ministro ordenado de su congregación piense tan poco en su ordenación delante de Dios que se convierta en un borracho.  Este descuido en el beber ha llegado a ser causa de tropiezo para un hermano de la congregación de Dios.

Sigamos a este borracho un poco más.  Al acercarse a su casa su vecino con quien él estudia la Biblia, observa su borrachera, y a él, también, se le hace tropezar, porque pensaba que este ministro ordenado vivía una vida cristiana.  Bueno, el vecino decide ya no estudiar la Biblia con esta persona, y le dice a su esposa: "Si esto es lo que la Biblia ha hecho para él, hay mejores hombres que ése con quienes asociarme los cuales ni siquiera tienen fe en Dios.  ¿Por qué debería cambiar mi modo de vivir y emprender algo nuevo cuando aquí uno de los individuos prominentes de la congregación, que pretende ser ministro ordenado, está borracho?".  La Atalaya
, 15 de febrero de 1960,página 105.

Por lo tanto, el cristiano ejercerá precaución en su uso de bebidas alcohólicas.  Pero no solo tendrá cuidado de evitar la borrachera, sino que hasta evitará la reputación de ser un individuo que bebe mucho.  Con tanto abuso del alcohol hoy día, ¡ciertamente no traerá honra a la congregación cristiana si la gente desarrolla la idea de que es una congregación de bebedores!.  ¡Despertad!
, 8 de mayo de 1965, página 20.

Tales beodos inveterados que no se arrepienten no han sido vencidos inconscientemente por beber demasiado de una bebida embriagante en una sola ocasión.  Realmente son borrachos y tienen que ser expulsados de la congregación limpia y recta.  El apóstol Pablo tuvo presente a tales individuos cuando dijo a los cristianos de Corinto: "Mas ahora les estoy escribiendo que cesen de mezclarse en la compañía de cualquiera que llamándose hermano sea fornicador, o avariento, o idólatra, o injuriador, o borracho, o que practique extorsión, ni siquiera comiendo con tal hombre." (1 Corintios 5:11)  Si no se arrepienten, tales borrachos jamás realizarán las bendiciones del reino de Dios. La Atalaya, 15 de julio de 1967, página 447.

El cristiano no debe extraviarse por el razonamiento falso que asegura que los borrachos están simplemente enfermos física o mentalmente y que la borrachera solo es un enfermedad y, por lo tanto, no hay oprobio en ello.  Más bien, los borrachos están enfermos moralmente.  La fuerza moral de la humanidad está muy baja.  La falta de sobriedad debilita la fibra moral del individuo, y el no aceptar constantemente la disciplina de Jehová por medio de su Palabra acarrea derrumbe moral.  La realidad es que lo borrachos y otras personas inmorales son moralmente débiles y lo son por no ser disciplinados por la Palabra de Dios.  El borracho no tiene que continuar siendo un borracho.  La borrachera se puede vencer por medio de amoldarse a los requisitos de la Biblia.  La Atalaya, 15 de septiembre de 1967, página 565.

            La embriaguez, ¿delito o enfermedad?

La Biblia dice que los borrachos consuetudinarios deben ser expulsados de la congregación cristiana.  No justifica al borracho consuetudinario, considerándolo un enfermo.  En cambio, un juez de Filadelfia falló en dos casos que establecen precedente, en los que puso en libertad a dos hombres que estaban sirviendo condena por borrachera, que el estar embriagado en público habitualmente es una enfermedad  y constitucionalmente no se puede considerar un delito. ¡Despertad!
, 22 de enero de 1968, página 30

¿Qué diferencia hay entre un individuo entre un individuo borracho con alcohol que se entrega a conducta desenfrenada, descontrolada, o que llega a ser un inepto desacreditado, y aquel que hace las mismas cosas bajo la influencia de alguna droga moderna o producto químico? ¡Desde un punto de vista bíblico no hay diferencia! (Romanos 13:13)

[...]  Sin embargo, si una persona hiciera una práctica de ello y acarreara vituperio sobre sí misma, sobre su familia y sobre la congregación, entonces sería expulsada de la congregación cristiana para mantener la pureza moral del pueblo de Dios.--1 Corintios 5:11-13.  ¿Qué hay si a una persona que está recibiendo tratamiento médico se le aconseja que acepte algún narcótico para inducir el sueño o controlar el dolor? [...]  Aun si los médicos recomiendan tal tratamiento, ¿está uno preparado para enfrentarse a las duras consecuencias si se convirtiera un toxicómano?  Después de resolverse el problema físico, ¿qué hará uno?  Muchos consumidores de narcóticos han abandonado a sus familias y todo sentido moral, hurtando y hasta asesinando a fin de obtener dinero para comprar drogas ilegales. La Atalaya
, 15 de junio de 1968, páginas 382 y 383.

Para hacer eficaz la curación, tiene que ‘rehacer su mente,’ desarrollando nuevas y correctas normas de conducta. (Rom. 12:2) No basta con saber que la mayoría de las personas desaprueban el alcoholismo o que su cónyuge, hijos o parientes lo desaprueban. El conocer el punto de vista de Dios es lo que puede establecer la diferencia y suministrar la determinación y el aguante que se necesitan para tener éxito seguro y victoria duradera sobre el problema. Su Palabra nos asegura que los borrachos no participarán en su prometido Reino y los beneficios dadores de vida que traerá éste.—1 Cor. 6:10; Gál. 5:19-21. […]

Cantidades cada vez mayores de personas han hallado compañerismo sano por medio de asociación con los testigos de Jehová en sus Salones del Reino, han conseguido una sólida esperanza para el futuro y han aprendido principios sanos para manejar sus problemas de día en día. Entre ellas hay muchos que han padecido de alcoholismo o han tenido otros problemas igualmente severos, pero que ya han vencido éstos. A todas las personas se les anima sinceramente a aprovecharse de la ayuda basada en la Biblia que suministran ellos.  La Atalaya
, 15 de diciembre de 1974, página 743.

Está claro que de ninguna manera toleran las Escrituras la borrachera como cosa que deba continuar. Los superintendentes cristianos en particular tienen la responsabilidad de encargarse de que en la congregación cristiana no se tolere a los borrachos empedernidos e impenitentes; hay que expulsarlos (1 Corintios 5:11-13; Gálatas 5:19-21). [...]

¿Qué hay en cuanto a expulsión? El asunto se reduce a esto: ¿Qué actitud tiene la persona hacia la bebida? ¿Parece que está empeñada en seguir bebiendo, a pesar de los esfuerzos pacientes, pero firmes, que ustedes hacen por llevarla a ver la realidad? A este respecto, es interesante notar lo que el libro Alcoholics Anonymous aconseja a los patronos de personas alcohólicas:

“Si usted está seguro de que el empleado no quiere dejar de beber, puede despedirlo [...] El despedir a una persona en esa situación pudiera ser una bendición para ella. Tal vez sea la sacudida que necesite”. De igual manera, si la actitud de la persona exige que se la expulse para mantener limpia a la congregación, esto, al mismo tiempo, pudiera ser exactamente la “sacudida” que ella necesite. La Atalaya
, 15 de agosto de 1983, páginas 8 y 10.

No obstante, a los cristianos les interesa principalmente el punto de vista que Dios tiene de los asuntos. El punto de vista de él es justo, equilibrado y permanente, en contraste con las opiniones médicas y sicológicas que pueden llegar a estar en boga por un tiempo, solo para ser modificadas o abandonadas después. La Palabra perfecta de Jehová condena francamente la borrachera, y la incluye entre las cosas que pueden impedir que uno entre en el Reino de Dios (Gálatas 5:19-21). En Romanos 13:12, 13 se da el siguiente consejo: “La noche está muy avanzada; el día se ha acercado. Por lo tanto, quitémonos las obras que pertenecen a la oscuridad y vistámonos las armas de la luz. Como de día andemos decentemente, no en diversiones estrepitosas y borracheras, no en coito ilícito y conducta relajada, no en contienda y celos”. Aunque en ciertos casos existiera una predisposición biológica que llevara a algunos a opinar que se trata de un problema médico o una enfermedad, los cristianos reconocen los aspectos morales de ello. [...]

Por eso, sea que el alcoholismo se califique de enfermedad o no, nosotros tenemos que adherirnos a la norma elevada y buena que establece la Palabra de Dios. Cualquiera que se haya enviciado con la bebida —sea por falta de dominio de sí, influencia étnica o familiar, o hasta debido a una rareza biológica— debe hacer esfuerzos por dejar el vicio, quizás valiéndose de la ayuda de alguien que comprenda el problema. (Véase ¡Despertad! del 22 de noviembre de 1982, páginas 4-12.) Así puede “vivir el resto de su tiempo en la carne, ya no para los deseos de los hombres, sino para la voluntad de Dios”. (1 Pedro 4:2.)  La Atalaya
, 15 de octubre de 1984, página 31.

Prohibida en la congregación cristiana. El borracho es propenso al alboroto rudo y desenfrenado, y a acciones ridículas que son un oprobio. (Pr 20:1; Sl 107:27; Isa 19:14.) Por consiguiente, la práctica de la borrachera no puede tolerarse en la congregación cristiana. La actitud de Dios hacia la borrachera se reveló en su Ley a Israel. Al hijo que fuera terco y rebelde, así como glotón y borracho, se le tenía que apedrear hasta morir. (Dt 21:18-21.) De manera similar, la Biblia ordena que se expulse de la congregación a los borrachos inveterados o no arrepentidos. (1Co 5:11-13.) En las “obras de la carne” se incluyen “borracheras, diversiones estrepitosas”, cosas que las naciones en general practican. El cristiano al que se ha limpiado de tales prácticas, pero que más adelante regresa a ellas, no tiene cabida en el reino de Dios. (1Co 6:9-11.) Ya no debe dedicar su tiempo a obrar la voluntad de las naciones participando en excesos con vino y partidas de beber (1Pe 4:3), sino que debe dedicarse a producir los frutos del espíritu de Dios. (Gál 5:19-24.)

Por lo tanto, el ser moderado y de juicio sano forma parte de los requisitos para los superintendentes cristianos (1Ti 3:1-3; Tit 1:7); los siervos ministeriales (1Ti 3:8); los hombres y mujeres, tanto de edad avanzada (Tit 2:2, 3) como jóvenes (Tit 2:4-8), y los hijos, en especial los de los superintendentes. (Tit 1:6.)  Perspicacia para comprender las Escrituras
, volumen I, [1991] página 367 y 368.

Supóngase que un publicador recién bautizado que acostumbraba beber en demasía se excede en una o dos ocasiones; o que después de haber vencido el viejo hábito del tabaco, sucumbe a la tentación de fumar a solas un par de veces. Aunque el hermano nuevo haya pedido perdón a Dios en oración, debe procurar la asistencia de un anciano a fin de evitar que el pecado se convierta en un vicio. (Salmo 32:1-5; Santiago 5:14, 15.) Cuando él exponga su falta, el anciano tratará de reajustarlo compasivamente. (Salmo 130:3.) Quizás baste con darle consejo bíblico para ayudarlo a enderezar las sendas para sus pies. (Hebreos 12:12, 13.) El anciano pondrá al superintendente presidente al tanto de la situación a fin de determinar qué ayuda complementaria ha de dársele.

15 Puede haber casos en los que se necesiten otras medidas. Si el mal es de conocimiento público, representa un peligro para el rebaño o entraña una situación grave, el cuerpo de ancianos asignará a dos de ellos para que investiguen el asunto. De concluir estos que la seriedad de la situación exige la formación de un comité judicial, lo informarán al cuerpo de ancianos, quienes nombrarán el comité que asistirá al pecador. El comité judicial debe tratar a este con ternura, esforzándose por reajustarlo con las Escrituras. En caso de que el hermano reaccione apropiadamente a sus esfuerzos amorosos, el comité podrá entonces decidir si hay alguna ventaja en privarlo de hablar desde la plataforma en las reuniones del Salón del Reino o si podrá comentar en ellas.

16 Si la reacción del hermano que ha errado es favorable, uno o dos ancianos integrantes del comité judicial pueden hacerle algunas visitas de pastoreo con el propósito de reafirmar su fe y hacer que aumente su aprecio por las justas normas de Dios, acompañarlo de vez en cuando en el ministerio del campo o tener algunas charlas bíblicas basadas en artículos pertinentes de La Atalaya y ¡Despertad!, pero sin establecer un estudio bíblico regular. Dicho cuidado tierno fortalecerá al pecador para que en el futuro pueda resistir las debilidades de la carne.

17 Por supuesto, el que alguien esté recién bautizado no es una excusa para obstinarse en el pecado. (Hebreos 10:26, 27; Judas 4.) A cualquier pecador bautizado que no abandone su mal camino ha de expulsársele de la congregación. (1 Corintios 5:6, 11-13; 2 Tesalonicenses 2:11, 12; 2 Juan 9-11.) De parecer necesaria tal medida, el cuerpo de ancianos formará un comité judicial. Si se decide la expulsión, se hará el siguiente anuncio breve: “... ha sido expulsado”.  La Atalaya
, 15 de enero de 1996, página 17.

Los ancianos pueden dar ayuda espiritual de diversas maneras. Por ejemplo, quizá un hermano que en el pasado tuvo problemas con el alcohol beba en exceso en una o dos ocasiones estando solo en su hogar. O supongamos que un cristiano que dejó hace mucho el vicio del tabaco haya fumado a solas una o dos veces en momentos de debilidad. En casos como estos, aunque el hermano haya orado y crea que Dios lo ha perdonado, debe pedir ayuda a un anciano para evitar que ese pecado se convierta en una costumbre. Este tipo de situaciones pueden ser atendidas por uno o dos ancianos. Sin embargo, siempre deberá informarse el asunto al superintendente presidente, pues puede haber otros factores implicados.  La Atalaya, 15 de noviembre de 2006, página 30.

En la última edición del libro secreto de los ancianos, "Pastoreen el rebaño de Dios" (1Pedro 5:2),  está enumerada como un pecado grave merecedor de formar un comité judicial con expulsión:

17. Borrachera: (1 Corintios 5:11: 6:9; Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen I, [1991] página 367 y 368).  Debe intervenir un comité judicial si se trata de una práctica o de un solo incidente que se hizo notorio (La Atalaya, 15 de agosto de 1983, página 8).  La borrachera se describe en los siguientes textos bíblicos: Job 12:25: Salmo 107:27; Proverbios 20:1; 23:29-35; Isaías 24:20.

18. Si alguien confiesa a un anciano que en una ocasión se emborrachó en la intimidad de su hogar y el incidente no trascendió, tal vez baste con que el anciano lo aconseje con firmeza.  En cualquier caso, este debe informar de lo ocurrido al coordinador. "Pastoreen el rebaño de Dios" (1Pedro 5:2),
[año 2010] página 66.  http://www.vacunadefe.com/Documents/ks-10.pdf


Fin de la citas.

     La verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.  ¿Quién es el padre de la mentira y de todos los chanchullos teocráticos?

domingo, 16 de febrero de 2014

Los testigos de Jehová, la psicología y la psiquiatría

  
Awake! (¡Despertad!), 22 de septiembre de 1948, páginas 16
 Estimadas víctimas de la pseudoteología watchtoweriana:

     Una asignatura pendiente, por fin ha sido atendida: el mundo de los trastornos mentales y las directivas del Cuerpo Gobernante en esta materia de salud.  Como el rey Midas, pero al revés: ¡lo que tocan lo echan a perder!  ¡Tienen el cenizo!  ¡Mala sombra!  Parece que les hayan echado una maldición gitana...  ¡Cosa mala esta de caer en sus manos teocráticas...!  ¡Que te pillen confesado!

     La siguiente información, aparecerá en la próxima edición del Diccionario Etimológico Watchtoweriano-Español, que actualmente estoy ampliando. ¡Va por ustedes!

Psicología, psiquiatría:  Los dirigentes de la entidad religiosa siempre han visto a estos terapeutas como competidores ilegítimos que usurpan la posición de los ancianos (pastores religiosos) en las congregaciones: se podría definir como de intrusismo profesional.  El miembro de la comunidad religiosa, tiene el mejor consejo y los mejores consejeros del mundo: la Biblia  --según la entiende e interpreta el Cuerpo Gobernante--  y los ancianos que son nombrados y seleccionados entre los mejores por el espíritu santo de Dios.  Se despotrica de lo lindo de esta profesión y de los profesionales, empleando adjetivos despectivos.  Permanentemente, desde sus publicaciones, han desalentado al creyente a que recurra a este tipo de terapias.  Se considera un “fracaso” el que un miembro de la confesión religiosa tenga que recurrir a los servicios de estos terapeutas, ya que constataría la ineficiencia del cuerpo de ancianos de la congregación y las limitaciones del consejo de la Biblia, dicen textualmente: “Pero, como norma, el que un cristiano recurra a un psiquiatra mundano, supone admitir una derrota, como recurrir a "Egipto en busca de ayuda".--Isaías 31:1”.

Estas publicaciones religiosas, no son simplemente divulgativas, son el medio que utiliza la Voz de Dios en la Tierra para comunicarse con los mortales: el Altísimo nos habla mediante estas publicaciones.  Por lo tanto, el creyente sincero las tiene muy en cuenta en su vida y aplica sus consejos y directrices.  La irresponsabilidad de los líderes religiosos, sin duda ha tenido que provocar perjuicios en personas que padecían trastornos mentales, al evitar que busquen ayuda en este tipo de terapeutas.  Por ejemplo, los ancianos de congregación, han tenido que confundirse al diagnosticar a pacientes que padecían esquizofrenia  --sufren alucinaciones, donde se escuchan voces y se ven cosas--  con personas endemoniadas.  Sin olvidarnos artículos donde se idealiza a pacientes que descontinuan abruptamente la medicación psiquiátrica..., ¡una irresponsabilidad!

Tenemos que esperar hasta mediados de la década de 1980, para que los mandamases reculen un poco y admitan la utilidad de este tipo de tratamientos mentales, eso sí, con alguna condición: que el psiquiatra o psicólogo respete  --no critique--  nuestra confesión religiosa, ni que utilice la técnicas de penetración freudianas o psicoanálisis.

He hecho una recopilación de citas de casi todas las publicaciones indexadas que aparecen en los Índices de las Publicaciones de la Watchtower, desde el año 1930 hasta el 2012.  No he podido acceder a unos pocos artículos de los años cincuenta.  El principal problema al que te enfrentas, es que la confesión religiosa no tiene digitalizadas sus publicaciones, ni permite desde su página web remitirte a publicaciones más allá del año 2000.  ¡Amén de que reescribe lo que le interesa corregir, falseando la historia!  Las citas, donde el nombre de la publicación aparece en inglés, quiere decir que ha sido traducida al español.  He seleccionado algunas citas, pero ha quedado mucho que se pudiera haber citado.  Lo interesante sería que el lector pudiera acceder a los artículos íntegramente..., ¡pues todavía se espantaría más!  He intentado siempre no sacar ninguna cita de su contexto.  Sin pretensiones, creo que hago un resumen histórico bastante exacto sobre la posición oficial de los testigos de Jehová en materia de psiquiatría y psicología.  ¡Va por ustedes!

La psiquiatría suplantaría a Dios y a Cristo como los salvadores de mundo.  The Humanist, marzo de 1948, opinó: "Sin la gran ayuda por parte de psicólogos y psiquiatras es poco probable que la humanidad pueda sobrevivir a los terroríficos cambios que están teniendo lugar". [...]    Este sacrílego empuje por parte de la secta freudiana y sus retoños algunas veces es duplicado por la cantidad de personas mentalmente desequilibradas. Awake!, 22 de septiembre de 1948, páginas 17 y 20.

¿Cómo se puede prevenir la neurosis y los trastornos mentales?  El número de libros y películas que ha catapultado la psiquiatría a los noticieros no han aportado el ansiado deseo de paz mental o el equilibrio entre la mente y el cuerpo.  No importan los incontables experimentos con medicamentos hipnóticos como el paraldehído, electrochoques, medicamentos milagrosos, barbitúricos o bromuros, terapia de grupo, baños de vapor y el resto de los incontables métodos para producir relajación y alivio de la tensión.  Algunos tienen efectos adversos.  El Dr. Jules H. Masserman, del departamento de clínica psiquiátrica de la Universidad de Chicago, dijo que el resultado de los experimentos fueron: "muy dispares con la mayoría de los medicamentos, el electrochoque produjo daño permanente en la eficiencia del comportamiento y en la capacidad de aprender".  Él añade que "existe una creciente opinión entre los psiquiatras", que aunque pudieran haber ciertos beneficios con algunos trastornos mentales agudos, tratamientos drásticos de este tipo causan daño irreparable cerebral y pudiera ocasionar una "potencial tragedia". […]  Para protegerse de los trastornos mentales y de la neurosis y para disfrutar de paz mental diríjase a la Palabra de Dios.  Es la única esperanza que usted tiene. Awake!, 8 de marzo de 1952, página 19.

Es estos días cuando la psicología humana manifiesta que es incapaz de idear alguna salvación para los hombres, y cuando las filosofías de los hombres están siendo expuestas como vanidad, es tiempo para que los budistas y todos los demás se dirijan a Jehová Dios para conseguir la verdadera iluminación y poder escapar completamente de los males de este mundo a su justo nuevo mundo de paz. Pregunta párrafo 16: Si los budistas y los psicólogos quieren verdadera iluminación y un escape del mal, ¿qué cosa ya es tiempo que hagan? ¿Qué  ha hecho la religión para la humanidad? (Publicado en español en 1953), página 222.

Sin duda los psicólogos saben un poco sobre el comportamiento humano y el de los animales, pero también, sin duda, les falta mucho que aprender y ellos creen saber más de lo que realmente saben. Awake!, 22 de octubre de 1954, página 24.

Sin embargo, Freud, el padre del psicoanálisis, no solo no pensaba que el tener una formación académica en medicina era un prerrequisito necesario para ser un buen psicoanalista sino que era de la opinión de que tal formación podía ser un obstáculo para que uno pudiera llegar a ser un bueno. Awake!, 8 de septiembre de 1956, página 19.

La felicidad se consigue cuando nos enfrentamos con éxito a los problemas de la vida, con nuestros logros, dando, ganando victorias; no por medio de evadirnos, escapándonos de la realidad, metiéndonos en nuestro cascarón por medio del alcohol, ansiolíticos, píldoras de la felicidad o por aislarnos como un ermitaño.  Como ayuda para controlar nuestra mente y emociones sabiamente mientras nos enfrentamos a los desafíos diarios el Creador nos ha suministrado su Palabra, la Biblia. Awake!, 22 de abril de 1958, página 11.

             ¿Debería un cristiano visitar a un psiquiatra?
 
[...]  Graves trastornos mentales o emocionales puede que lo hagan necesario.  Si así fuera, sin embargo, el psiquiatra debería ser uno que respeta la importancia y el poder de la religión en la vida de uno.  Pero, como norma, el que un cristiano recurra a un psiquiatra mundano, supone admitir una derrota, como recurrir a "Egipto en busca de ayuda".--Isaías 31:1

¿Por qué? Principalmente porque muy pocos psiquiatras tienen fe en Dios y en su Palabra. [...]

Con frecuencia, cuando un testigo de Jehová visita a un psiquiatra, el psiquiatra trata de persuadirle que la fuente de sus problemas es la religión que profesa, pasando completamente por alto que los testigos cristianos de Jehová son las personas mejor aconsejadas, las más felices y el grupo de personas más contento que hay sobre la faz de la Tierra.  Se llevan entre sí, mejor que cualquier otro grupo de personas o religión, tribu o grupo social.  Ellos son los que menos necesitan los servicios de los psiquiatras.  Además, más y más psiquiatras recurren a la hipnosis que es una forma demoníaca de sabiduría mundana.--Santiago 3:15

Muchos psiquiatras no admiten conceptos como el pecado u obligaciones morales. [...]  Al tratar de identificar la causa de los trastornos mentales un psiquiatra formulará preguntas con el fin de sonsacar qué es lo que está afectando al paciente.  Entre las preguntas que recientemente formuladas a un testigo de Jehová por uno de ellos (psiquiatra) estaban: "¿Por qué se hizo usted testigo de Jehová?  ¿Cómo fue su niñez?  ¿Tiene mucho en común con aquellas personas con las que vive?  ¿Tiene aficiones? ¿Ha llegado usted a envolverse emocionalmente con alguien del sexo opuesto?  ¿Está usted preocupado por su empleo?".

Ciertamente, respecto a tales asuntos, el cristiano puede hacer su propio autoanálisis. (2 Corintios 13:5) [...]  Frecuentemente, cuando un cristiano llega a padecer trastornos mentales o estar angustiado por problemas emocionales, es porque no ha estado comunicándose con sus compañeros de la Sociedad del Nuevo Mundo.  Él puede haber estado muy atareado pensando egocéntricamente sobre sus problemas, preocupado y dando vueltas en un círculo vicioso.  Incluso, puede que sus oraciones fueran meramente rutinarias y que fracasara en desarrollar tal intimidad con Jehová que él pudiese con frecuencia orar a Dios y de disfrutar en persistir en ello.--Filipenses 4:6,7. [...]

Sí, lo que se necesita en tales ocasiones no es un psiquiatra mundano quien puede ignorar completamente el cambio que la verdad y el Espíritu Santo de Dios pueden obrar en la vida de uno, desconociendo su poder transformador ayudando a que uno se vista de la nueva personalidad cristiana.  Más bien, lo que se necesita es recurrir a un cristiano maduro en quien uno confíe y quien esté vitalmente interesado en nuestro bienestar y que no se privará de administrarnos la necesaria disciplina o consejo que pueda sanarnos.--Proverbios 27:6. Awake!
, 8 de marzo de 1960, páginas 27 y 28.

                     Cisternas rajadas

Una descripción apropiada de este proceder insensato se halla en las palabras de Dios dirigidas a su pueblo hace mucho.  “Me ha dejado aun a mí, la fuente da agua viva, para labrarse cisternas, cisternas rajadas, que no pueden retener el agua.”  (Jeremías 2:13)  Por sincero que sea, el consejo que burbujea de las fuentes mundanas de sabiduría dista mucho de la sabiduría dadora de vida que se halla en la Palabra de Dios. […]

 
El psicoanálisis no cuadra en esta categoría tampoco.  Honorarios elevados y muchas consultas se asocian con este ramo de la medicina que trata de la ciencia y práctica de tratar desórdenes mentales, emocionales y de conducta.  Nadie sabe con certeza exactamente cuan científico es en realidad el psicoanálisis.  Aun en el mejor de los casos deja mucho que desear.  Su meta de ayudar a la gente a lograr una capacidad normal para vivir no es mala, pero algunos de sus métodos así lo son.  Mientras que algunos psicoanalistas quizás tomen en serio la religión en su vida personal, la profesión generalmente pasa por alto la relación vital del hombre para con Dios.  Según Freud, una de la autoridades principales de la psiquiatría, la religión es una gran ilusión de la cual el hombre se deshará algún día.  La psiquiatría recalca: “Conócete a ti mismo”, como si un iluminado amor de sí mismo fuese suficiente para vivir con éxito.  Más que pasar por alto a Dios, los analistas a menudo contradicen a Dios por medio de aconsejar a los que tienen remordimiento que la fornicación, el adulterio y la sodomía no son malos de por sí.  Con razón se ha hecho la acusación de que tal consejo tiende a “exterminar la conciencia”.


En el psicoanálisis existe también el gran peligro de que el analista imponga sus propios valores en uno, confundiendo sus ideales personales con verdades impersonales.  Los pacientes a menudo desarrollan una admiración exagerada por los analistas.  Así como advirtió Abrahán Kaplan, profesor de filosofía y miembro de la Academia de Psicoanálisis: “El peligro aquí es que el analista tal vez acepte el papel de autoridad moral omnisciente que el paciente le asigna.”  Pero el analista no es una autoridad omnisapiente respecto a la moral, así como Kaplan prontamente admite: “El psicoanálisis no puede decirnos lo que es virtuoso o lo que no lo es.  No puede establecer premisas para deducir los principios de la moralidad.”  Obviamente, el psicoanálisis no es la solución para algunas preguntas muy básicas.  Si a la gente le ayuda a seguir andando otra vez, no la señala en dirección a Dios.  El poder viajar no basta; es preciso saber adónde se va.  Si el psicoanálisis no puede decirnos lo que es moral o inmoral a la vista de Dios, quien juzga nuestras acciones, entonces difícilmente constituye una guía segura. La Atalaya
, 15 de julio de 1963, páginas 422 y 423.

¿Sería necesario que psiquiatra cambiara de profesión antes de ser elegible para el bautismo y ser reconocido como testigo de Jehová?

No, no parece que esto sea necesario. El hecho de que las publicaciones de la Watch Tower han desalentado a los cristianos dedicados en cuanto a consultar psiquiatras mundanos salvo en casos extremados no significa que un psiquiatra no puede ayudar y no ayuda a los que lo consultan.  El que un psiquiatra continuara o no practicando su profesión después de la dedicación sería enteramente una decisión que él tendría que hacer.  Es posible que pudiera ser un psiquiatra mucho mejor en virtud de que ahora entiende y aprecia los principios bíblicos, y especialmente a causa de su fe en Jehová Dios y su dedicación para hacer la voluntad de Dios.  Vea “El aspecto bíblico de la medicina psicosomática”, en La Atalaya del 1 de enero de 1955, páginas 8-12.


Sin embargo, un psiquiatra cristiano dedicado necesitaría ser muy cuidadoso para no influir debidamente en otros cristianos para que vinieran a verlo buscando sabiduría mundana en vez de dirigirse a sus superintendentes  buscando sabiduría celestial.  De hecho, tendría que hacer un esfuerzo especial, por decirlo así, para no dar la idea de que su psiquiatría es una sabiduría superior a la que se encuentra en la Biblia.  La Biblia contiene mucho mejor consejo para rehacer nuestra personalidad que la psiquiatría o el psicoanálisis.  Y solo su sabiduría conduce a la vida eterna.-- 1Corintios 13:1-13; Gálatas 5:19-23; Colosenses 3:1-25.  La Atalaya
, 15 de julio de 1963, páginas 511 y 512.

El hombre moderno para tratar de escaparse de la responsabilidad de enfrentarse a los puntos en cuestión morales, y no pocos psicólogos tratan de persuadirlo en cuanto a que las cuestiones morales no son importantes, pero cada vez más les está siendo remachado el hecho de que para el propio bienestar del hombre éste tiene que hacer las paces con su naturaleza moral.  La Atalaya, 1 de noviembre de 1963, página 645.

Sea la psicología de Freud o alguna otra forma desmoralizadora de pensar que destruya la restricción moral, hay grave peligro en prestarle atención.  Es el camino del pecado y de la muerte, no el camino de la vida.  "No se extravíen: de Dios uno no se puede mofar.  Porque cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará". Gálatas 6:7.  La Atalaya
, 15 de abril de 1964, página 253.

               La psicología como la autoridad

La psicología, que trata de explicar por qué la gente obra, piensa y siente como lo hace, está llegando a ser de modo creciente la autoridad a la cual acuden los caudillos religiosos.  No es raro que los ministros hablen de su "entrenamiento especial en psicología y psiquiatría". [...]

Si las iglesias desean hacer de la psicología su autoridad de fundamento, por lo menos deberían aclarar que no están enseñando la Biblia, sino más bien que están confiando en raciocinios humanos y predicando lo que un clérigo llamó "un evangelio psiquiátrico de relajamiento y tranquilidad de ánimo."  ¡Despertad!
, 8 de octubre de 1964, página 8.

      AYUDA A LOS ENFERMOS DE LA MENTE

La verdad de la Palabra de Dios tiene un poder.  El salmista comprendió esto y suplicó a Dios: “Envía tu luz y tu verdad.  Que estas mismas me guíen.” (Salmos 43:3)  Muchas veces la luz y la verdad de la Biblia han traído dirección y propósito a la mente de los individuos angustiados, aun de los que padecen enfermedades en la mente.  Una experiencia de Michigan ejemplifica bien esto:
Una señora había sido paciente mental por más de diez años.  Durante ese tiempo recibió tratamiento psiquiátrico con regularidad, recibió tratamientos de choque y asistió a una escuela para el recobro de los enfermos de la mente por un período de un año.  Además tomó medicinas por valor de unos 5.000 dólares para su condición.  A pesar de todo este tratamiento y de medicinas costosos, en varias ocasiones pensó en el suicidio.


Sin embargo, un día su esposo, quien se había asociado un poco con los testigos de Jehová, le preguntó: “¿A quién estás orando?” “A Dios”, le replicó ella.  Entonces él le animó a usar el nombre de Dios Jehová en la oración. Eso le hizo pausar y pensar.  Con el tiempo un testigo de Jehová comenzó a conducir une estudio bíblico semanal en el hogar.  Por invitación de él el matrimonio asistió a una asamblea de los testigos de Jehová.  La señora escribe: “Sabía que esto era lo que había estado buscando toda mi vida”.

 
Prosigue: “Después de regresar a casa de la asamblea comencé a asistir a las reuniones de congregación regularmente.  Entonces pude descontinuar las todas las medicinas.  También, hasta ese tiempo había fumado mucho, pero pude romper ese hábito.  Alrededor de ese tiempo llamé a mi psiquiatra, y quería saber cómo estaba yo progresando.  Le dije que me estaba sintiendo mejor que en toda mi vida.  Me preguntó si aún estaba medicinándome.  Cuando le dije que había dejado de hacerlo, preguntó cómo había podido hacer eso tan repentinamente.  Mi respuesta fue que ahora estaba asociándome con los testigos de Jehová.  Respondió diciendo que deseaba que todos los enfermos de la mente pudieran hallar una curación semejante a ésa.”


Desde ese tiempo tanto ella como su esposo han recibido entrenamiento en la Escuela del Ministerio Teocrático de la congregación y están sirviendo como ministros de las buenas nuevas del reino de Dios.  Verdaderamente, el derrotero sabio es acudir a Jehová y a su Palabra para luz y verdad.  La Atalaya
, 1 de noviembre de 1966, página  659.

                Psicólogos confusos

◆ Por varios años científicos y eruditos han estado expresando incertidumbre en cuanto a la dirección en que su profesión los conduce con respecto a los problemas del mundo. Ahora los psicólogos piensan igual. La revista Science declara que la profesión de la psicología en conjunto “parece estar sufriendo de frustración aguda, falta de dirección; y sentimientos de infructuosidad en cuanto a aplicar su pericia a los problemas de la sociedad.” El anterior presidente de la Asociación de Psicología Americana declaró: “Lo que están haciendo no está dando resultado.”  ¡Despertad!
, 22 de febrero de 1972, página 30.

                                    
     Más eficaz que el tratamiento psiquiátrico
 
◆ En 1959 una mujer en Connecticut empezó a recibir tratamiento psiquiátrico. Estaba plagada de problemas conyugales, enfermedades físicas, graves ansiedades mentales y excesivo uso de las bebidas alcohólicas. Para 1960 su estado llegó a tal punto que de por sí decidió entrar en un hospital para dementes.

Al tratar su condición emocional un médico prescribió varios sedativos. Ella preguntó cuánto tiempo tendría que tomar las píldoras. Él contestó: “Tal vez por el resto de su vida.” A través de los años repetidamente entró y salió de clínicas que tratan de ayudar a los alcohólicos. Los consejeros matrimoniales y el tratamiento psiquiátrico parecían ayudar poco. En adición al alcohol llegó a depender de los sedativos. Su matrimonio empeoró y su familia y amigos se trataban poco con ella. Las cosas fueron de mal en peor hasta que finalmente trató de suicidarse.

Mientras se recuperaba en la sección de cuidado intensivo del hospital, se resolvió a buscar a Dios y tratar de hacer la paz con él. Al volver a su hogar sacó y comenzó a leer algunas ayudas para el estudio de la Biblia que años antes ella había adquirido de los testigos de Jehová.

Poco tiempo después de eso un ministro de los testigos de Jehová que predicaba de casa en casa la encontró y comenzó a darle instrucción bíblica con regularidad. Pronto comenzó a concurrir a las reuniones de los testigos de Jehová. Sinceramente trató de aplicar el consejo bíblico a su propia vida. Aunque todavía tenía problemas difíciles a los que enfrentarse, no quiso volver a usar las bebidas alcohólicas o los sedativos, adoptando el punto de vista de: “No los necesito. Tengo la verdad y a Jehová a quienes recurrir.”

¿Qué pasó con el tratamiento psiquiátrico que de vez en cuando había estado recibiendo por unos diez años? Por fin el psiquíatra le dijo: “No será necesario volver a hacer otra cita en el futuro. Los testigos de Jehová están haciendo por usted más de lo que jamás podremos hacer nosotros.” Con el tiempo llegó a ser una ministra bautizada de los testigos de Jehová. Ahora está encontrando gran placer en ayudar a otros a beneficiarse de la ayuda bíblica que para ella resultó de más valor que el tratamiento psiquiátrico.  ¡Despertad!
, 8 de diciembre de 1972 página 23.

             Investigación psicoterapéutica
◆ En la actualidad muchos psicoterapeutas, médicos que tratan a los pacientes que sufren de perturbaciones mentales y emocionales, tienden a despreciar la ayuda que cualquiera que no pertenece a su profesión pueda dar a los que tienen problemas emocionales. Pero, ¿lo hacen con buena razón, en vista de lo que se expresa en el libro Research in Psychotherapy? Este fue escrito por dos psicólogos, y su reseña apareció en el número del 21 de diciembre de 1970 del Journal of the American Medical Association por el Dr. B. P. Lipton.

Entre otras cosas declaró: “No hay evidencia de que el tratamiento de grupo sea mejor o peor que el tratamiento individual, que una escuela de psicoterapia sea mejor que otra, que la terapia personal mejore la eficacia de los terapeutas, o siquiera que los practicantes experimentados efectúen mejor trabajo que los inexpertos. De hecho, ¡se presentan varios estudios que sugieren que los no profesionales son tan eficaces o posiblemente aun mejores que los profesionales bien entrenados!”

En vista de lo susodicho, ¿quién ha de decir que los ministros cristianos maduros, altruistas, no puedan ser eficaces al suministrar ayuda a los amadores de la justicia que se dirijan a ellos con problemas emocionales? Los hechos muestran que han ayudado a muchísimas personas extendiendo la invitación de Jesús: “Vengan a mí, todos los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y háganse mis discípulos, porque soy de genio apacible y humilde de corazón, y hallarán refrigerio para sus almas.”—Mat. 11:28-30.  ¡Despertad!
, 22 de febrero de 1973, página 8.

          Contradicciones de la sicología

Un número reciente de Psychology Today presentó lo que once de “las mejores mentes en el campo” consideraban que era “la obra más significativa de la sicología” en los últimos quince años. El erudito artículo de dieciocho páginas inspiró al periódico The New York Times a publicar un artículo de fondo que, en parte, dice:

“Las 11 Mejores Mentes de la sicología no concuerdan en casi nada. [...] Algunas de ellas hablan sobre sus propios experimentos. Bueno, si ellas piensan así, no hay necesidad de desplegar modestia falsa. Pero ninguna de ellas habla sobre el experimento de otra Mejor Mente, excepto con el propósito de criticarlo; cada trompetero toca su propia melodía, lo cual deja ver claramente la falta de armonía entre ellos.

”El que los 11 sicólogos no concuerden en casi nada revela un grave problema en la disciplina académica de ellos. [...] ¿Puede decirse seriamente que la sicología es una ciencia, si hasta sus destacados facultativos no pueden concordar en cuanto a sus recientes progresos?”

Fue precisamente contra este llamado conocimiento, el cual es contradictorio y altivo, que el apóstol Pablo aconsejó a Timoteo lo siguiente: “No escuches palabrerías mundanas y vacías, ni los argumentos que opone el falsamente llamado conocimiento”. (1 Timoteo 6:20, Versión Popular.)
La Atalaya
, 1 de abril de 1974 página 19.


Sin detenernos a poner en tela de juicio sus motivos, ha de decirse que a lo más sus esfuerzos representan la suma de la sabiduría humana en el campo de la psicología. De hecho, dicen que el matrimonio es una relación humana y que tiene que tratarse en ese nivel. No dan y rehúsan dar al Creador su lugar legítimo como el Originador de esta relación, o como el Autor personal de la Santa Biblia, con su consejo e instrucción sobre toda relación humana. ¿Quién ha oído a un psiquiatra remitir a su paciente o cliente a las Santas Escrituras como la autoridad final para dirección? En cuanto a eso, ¿cuántos sacerdotes o clérigos aconsejarían tal proceder a cualquiera de su rebaño al abordar tales problemas?

Nosotros, sin embargo, evitaremos la sabiduría mundana y consultaremos el Libro provisto por el Gran Médico, buscando Su ayuda con expectación confiada, “no dudando nada.” (Sant. 1:6) Al leer desde Génesis 1:26, qué evidente es que el hombre no evolucionó, como enseñan los que poseen sabiduría mundana.   La Atalaya
, 1 de octubre de 1974 página 596.


         Otros efectos del fracaso básico

Al no reconocer la sana instrucción de la Palabra de Dios, los psiquíatras raras veces aplican el amor de un modo equilibrado. Por ejemplo, en un caso un padre que no podía apartar de las drogas a su hijo adolescente lo envió a un psiquíatra. ¿Con qué resultados? El padre acabó 2.000 dólares más pobre y el hijo no había cambiado en lo más mínimo.

El padre quería ayudar a su hijo. Sin embargo, ni él ni el psiquíatra apreciaban la enseñanza de la Palabra de Dios, a saber, que la disciplina firme, aunque bondadosa, es una parte vital del ejercicio del amor. (Heb. 12:6-9; Pro. 23:13, 14) Al fin, el padre, prestando atención al consejo sano, le ordenó al hijo que se marchara del hogar hasta que estuviera dispuesto a ir a un centro de rehabilitación para aficionados a las drogas. Después el hijo le dijo a su padre: “Sabes, cuando tú y mamá me echaron, fue cuando supe que ustedes realmente querían ayudarme.” El hijo está curado ahora.


El que los psiquíatras no aprecien a Dios ni a sus enseñanzas sobre moralidad ha resultado en que se haga gran daño. Como ejemplo, el Press de Long Island llevaba el título en primera plana: “Círculo de sodomía desbaratado. Grupo acusado de abusos sexuales con jovencitos.” El artículo decía: “Cuatro hombres... incluso un psiquíatra de niños internacionalmente conocido . . . fueron acusados de sodomía, abusos sexuales y cargos de conspiración que implicaban a adolescentes.”


Si bien este puede ser un caso aislado, los incidentes de psiquíatras hombres que tienen relaciones sexuales con pacientes mujeres no lo son. De este modo una mujer cristiana fue a un psiquíatra en busca de ayuda a causa de su frustración en las relaciones maritales con su esposo. El psiquíatra le dijo que tenía tres caminos: Que tratara de que su marido viera a un psiquíatra; que se divorciara; o que tuviera un amorío extraconyugal con un “amigo,” y él se ofreció para servir de “amigo.”

También estaba el psiquíatra al que se le entabló juicio porque, como se informó en el Daily News de Nueva York, “Prescribía relaciones sexuales con él mismo como terapia y luego cobraba por los ‘tratamientos.’” Otro psiquíatra fue demandado por un total de 1.250.000 dólares por daños, ante el Tribunal Supremo del Estado de Nueva York debido a que obligó a su paciente a tener relaciones sexuales con él bajo el disfraz de tratamiento psiquiátrico. De hecho, un psiquíatra escribió un libro en el que recomendaba que los psiquíatras fueran “sexualmente disponibles al paciente, pero que no ‘insistieran.’” Llamó al libro The Love Treatment (El tratamiento del amor).

Dos expertos en medicina clínica que administran la principal clínica sexual norteamericana dijeron que una gran proporción de ochocientas pacientes que ellos trataron admitieron haber tenido relaciones sexuales con sus psiquíatras o consejeros. Si bien algunos de estos informes pueden ser meras fantasías, expresión de deseos o jactancias, uno de los médicos declaró: “Si tan solo el 25% de estos informes específicos son correctos, los profesionales en este campo todavía se enfrentan a una cuestión abrumadora.”

Claramente, hay razones para ejercer cuidado con respecto a los psiquíatras mundanos. Porque, si bien uno quizás reciba ayuda, hay también una verdadera posibilidad de que se le estimule a seguir un derrotero de conducta contrario a los principios justos de Dios. Pero aun si esto no sucediera, el que los psiquíatras por lo general no sepan cómo aplicar apropiadamente la mejor medicina para las enfermedades mentales —la divina cualidad del amor— probablemente hace ineficaz su tratamiento.

¿Significa esto que no hay ninguna parte en que la gente pueda recibir psicoterapia confiable en el sentido de recibir ayuda para examinar sus problemas y resolverlos? Felizmente esa ayuda está disponible, y por medio de ella muchas personas han obtenido salud mental en este mundo turbulento.  ¡Despertad!
, 22 de julio de 1975 páginas 17 y 18.


Pero, ¿es un fenómeno sano el que la gente esté apartándose del clero y acudiendo a los psiquíatras? No, porque en realidad es un caso de saltar de la sartén al fuego. Están en peor situación que antes, porque, como bien lo señala The National Observer, la gente necesita un “terreno fundamental religioso para su existencia, la razón por la que uno puede seguir viviendo a pesar de tragedias.” El aumento en el crimen, en la inmoralidad sexual, en el juego por dinero, en la afición a las drogas, en el alcoholismo y quién sabe qué más, todo da testimonio en cuanto a la insensatez de esta tendencia de alejarse de la creencia en Dios y en la Biblia como su Palabra inspirada.

Los psiquíatras y los psicólogos no pueden contestar preguntas como: “¿Por qué estoy aquí?” “¿Para qué es la vida?” “¿Qué me depara el destino?” “¿Por qué abunda la maldad y la injusticia?” A no ser, por supuesto, que den respuestas religiosas. El que estos hombres no son a quienes uno debe recurrir por ayuda cuando está deprimido y acosado por toda suerte de problemas se ve por el hecho de que los suicidios entre ellos son dos veces más frecuentes que entre la población en general.

La ciega y egoísta insensatez de muchos de estos profesionales se ve en el hecho de que, en 1970, el 55 por ciento de los psicoanalistas norteamericanos entrevistados concordaron con Freud en que la creencia en Dios es “tan evidentemente infantil, tan incongruente con la realidad, que . . . es penoso pensar que la mayoría de los mortales nunca podrá elevarse por encima de este concepto de la vida.” [...]
 
La Biblia está llena de principios sólidos y buenos consejos en cuanto a cómo llevarse bien con la familia y con otros. Detalla las obligaciones de los esposos, esposas, padres, hijos, sirvientes y amos (empleados y empleadores). Advierte contra la conducta relajada: “Cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará; porque el que está sembrando teniendo en mira su carne, segará de su carne la corrupción; mas el que está sembrando teniendo en mira el espíritu, segará del espíritu vida eterna.” Los que practican lo que es obsceno recibirán “en sí mismos la recompensa completa, que se les debía por su error.”—Gál. 6:7, 8; Rom. 1:27.

También advierte contra la codicia. “Los que están determinados a ser ricos caen en tentación y en un lazo y en muchos deseos insensatos y dañinos, que precipitan a los hombres en destrucción y ruina. Porque el amor al dinero es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales.”—1 Tim. 6:9, 10.

Sí, ciertamente, al apartarse de los clérigos que no tienen fe en la Biblia como la Palabra inspirada de Dios, en vez de acudir a los psiquíatras y psicólogos que, por lo general, también carecen de esa fe, que los que aman la justicia se dirijan a la Biblia por sabiduría, consuelo y esperanza. Los testigos cristianos de Jehová están dispuestos a ayudar a todos estos que aman la justicia.  ¡Despertad!
, 8 de diciembre de 1975, páginas 25, 26.

Un problema fundamental con relación a la siquiatría es que no hay ninguna norma de verdad ni tratamiento. Las opiniones varían entre los siquiatras, de modo que uno pudiera dar un consejo que fuera directamente contrario al que hubiera dado otro.

¿Dónde se puede hallar el mejor consejo para la salud mental, consejo que sea verídico, que haya resistido la prueba del tiempo, y que esté en consistencia con la manera en que mental y físicamente se nos ha creado? En la Biblia, la guía inspirada de Dios para la humanidad. “Tu palabra es una lámpara para mi pie, y una luz para mi vereda,” dijo el salmista. (Sal. 119:105) Sí, “el temor de Jehová es el comienzo de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es lo que entendimiento es”—Pro. 9:10.

Por lo tanto, “el que me escucha,” dice Dios, “residirá en seguridad y estará libre del disturbio que se debe al pavor de la calamidad.”—Pro. 1:33.
La Atalaya
, 15 de septiembre de 1979 página 30.

Tanto sicólogos como siquiatras se apropian respetabilidad y prestigio de los tremendos logros de ciencias como la matemática, la química, la biología y la física, según un artículo de la revista Maclean’s. El que den el nombre de “ciencia” a sus profesiones y asocien su confusión de suposiciones contradictorias con las ciencias naturales basadas en prueba experimental difícilmente convence. La columna de Maclean’s concluye así: “Cuando al consejo de un siquiatra o sociólogo o sicólogo se le da el mismo peso que al consejo de un físico, dentista o ingeniero, nos estamos engañando poco menos de lo que se engañaban los que consultaban las entrañas de una oveja o el Oráculo de Delfos.”  ¡Despertad!, 22 de noviembre de 1979, página 15.

También hay un peligro en este método para las personas que se esfuerzan por vivir en conformidad con altas normas morales. Algunos terapeutas se pasan de la raya, pues justifican actitudes que la Biblia desaprueba. Se hace esto para mitigar el sentimiento de culpa que aflige al paciente. Es cierto que, si malos sentimientos vienen a la mente de la persona, no debe dejar que la abrume el sentimiento de culpa ni sentirse “condenada por Dios.” Sin embargo, en vez de concluir mediante razonamiento que tales pensamientos erróneos no son malos, como dirían algunos terapeutas, los que tienen el consejo bíblico en alta estima prefieren corregir tales ideas o alejarlas de la mente. Por eso, tienen que pesar seriamente (o conseguir ayuda para pesar) el consejo que les ofrece un terapeuta. Se puede evitar la posibilidad de que surjan problemas de esa índole si el paciente, o un compañero, le explica al terapeuta lo importantes que le son al paciente sus creencias religiosas.—Gálatas 5:16, 19-21; Santiago 1:14, 15. [...]

           Un cuidadoso examen de sí mismo

Aunque a menudo se puede conseguir ayuda mediante tratamiento profesional, por lo general la solución no viene “de golpe.” Es imprescindible que la persona deprimida dedique tiempo a hacer un examen honrado de sí misma. Una señora deprimida de 35 años de edad descubrió con el tiempo que para hallar alivio duradero tuvo que hacer varios ajustes, además de aquellos relacionados con sus hábitos de comer. Ella lo explica así: “Los medicamentos no le resuelven todos sus problemas. Uno tiene que reconocer sus temores y angustias y enfrentarse a éstos y cambiar su modo de pensar.”

Sí, todo método terapéutico tiene sus límites. Ninguno de ellos de sí mismo puede hacer de usted una persona nueva. Los medicamentos y las vitaminas pueden nivelar su disposición de ánimo, pero no pueden poner en orden su vida familiar. “Si usted exige una realización ‘perfecta’ en su lugar de empleo, amigos ‘ajustados precisamente al modelo,’ muchas posesiones materiales costosas,” advierte el perito DiMele, “puede que usted esté preparándose el camino para períodos de depresión durante toda la vida.”

Se ve, pues, que aunque hay una variedad de métodos profesionales de atender la depresión grave, nunca debe olvidarse que en el caso de todos ellos es preciso que el deprimido los acompañe con un esfuerzo resuelto. Solo así es posible vencer la depresión grave.

Los trastornos mentales son muy complejos y cada paciente es diferente. Por eso, el médico que esté familiarizado con el paciente generalmente puede recomendar qué método de tratamiento es mejor.

[Notas a pie de página]
En el artículo “Cómo se puede combatir la depresión” que salió en la ¡Despertad! del 22 de enero de 1982 se consideró cómo la aplicación de principios bíblicos ha ayudado a muchas personas a vencer la depresión.
Vea el artículo “¿Es todo asunto mental?” en la ¡Despertad! del 22 de enero de 1982.  ¡Despertad!
, 22 de abril de 1982, páginas 24 y 27.

Las terapias de “penetración” freudianas: ¿Sirven de ayuda, o de obstáculo?

  El Dr. David Shore del Departamento de Investigaciones de la Esquizofrenia del INSM dijo al corresponsal de ¡Despertad!: “En estos tiempos, en la siquiatría se practica mucho menos el sicoanálisis y cosas parecidas”. ¿Qué razones hay? Una de ellas es la evidencia de que el análisis freudiano y las relacionadas terapias de penetración sencillamente no curan la esquizofrenia. Las terapias freudianas descansan sobre premisas no probadas de que las enfermedades mentales son una reacción a experiencias en la vida, a traumas de la niñez que yacen enterrados en el subconsciente. El analista, por lo tanto, trata de sondear el subconsciente por medio de preguntas y “asociación libre” para ayudar al paciente a discernir la fuente de sus problemas.


  Los esquizofrénicos ya tienen dificultad en comunicarse con otras personas. El exponerlos a tales sondeos de terapia de penetración es —según el Dr. E. Fuller Torrey— como “dirigir una inundación hacia un pueblo que un tornado ya asoló”.
  También existen los peligros de la “transferencia” en la que el paciente desarrolla fuertes sentimientos hacia el terapeuta. Se alega que hay pacientes que se han hecho “adictos” al terapeuta, sin podérsele poner fin al tratamiento. Además, el compartir intimidades con alguien del otro sexo puede conducir a problemas morales.

  De modo que la mayoría de los siquiatras se inclinan hacia los tratamientos biológicos y consideran anticuado el sicoanálisis clásico para tratar la esquizofrenia. Algunos tipos de tratamientos sicoterápicos colectivos se pueden usar eficazmente en conexión con alguna terapia mediante drogas para proporcionar apoyo al paciente, ayudarlo a comprender su enfermedad y reforzar el hecho de que necesita los medicamentos. A veces el médico usa preguntas inquisitivas que le ayudan a diagnosticar cierta enfermedad. Sin embargo, esto no es lo mismo que el sicoanálisis.  ¡Despertad!
, 8 de septiembre de 1986, página 10.

¿Sería prudente que un cristiano consultara a un profesional de la salud mental?

[…] Aun tratándose de un profesional cualificado, es preciso considerar ciertas cosas. Al escoger un médico o un cirujano, tenemos que asegurarnos de que respete nuestros puntos de vista fundados en la Biblia. De igual forma, sería peligroso consultar a un profesional de la salud mental que no respetara nuestras convicciones religiosas y morales. Muchos cristianos, a pesar de su confusión mental y emocional, siguen luchando tenazmente por tener “la misma actitud mental que tuvo Cristo Jesús”. (Romanos 15:5.) Se preocupan con justa razón por las actitudes de cualquiera que pudiera influir en su forma de pensar o en su conducta. Algunos médicos ven las restricciones impuestas por las creencias bíblicas como innecesarias y potencialmente dañinas para la salud mental. Quizás aprueben, o hasta recomienden, prácticas que la Biblia condena, como la homosexualidad o la infidelidad marital.

Tales ideas figuran entre lo que el apóstol Pablo denominó “las contradicciones del falsamente llamado ‘conocimiento’”. (1 Timoteo 6:20.) Contravienen a la verdad del Cristo y forman parte de “la filosofía y el vano engaño” de este mundo. (Colosenses 2:8.) La piedra de toque de la Biblia es clara: “No hay sabiduría, ni ningún discernimiento, ni ningún consejo en oposición a Jehová”. (Proverbios 21:30.) Los profesionales de la salud mental que dicen que “lo bueno es malo y lo malo es bueno” constituyen “malas compañías”. Lejos de contribuir a la salud de las mentes perturbadas, “echan a perder los hábitos útiles”. (Isaías 5:20; 1 Corintios 15:33.)

De manera que el cristiano que estima necesario consultar a un profesional de la salud mental debe investigar con cuidado la preparación, actitud y reputación de este, así como el posible efecto de cualquier tratamiento que le recomiende. Si un cristiano afligido es incapaz de hacer esta investigación, puede buscar la ayuda de un buen amigo o un familiar cercano que sean maduros. El cristiano que no esté seguro con respecto a lo aconsejable de cierto tratamiento puede hallar útil hablar con los ancianos de congregación, aunque la decisión final será suya (o de sus padres, o una decisión conjunta de matrimonio).  La Atalaya
, 1 de septiembre 1996, página 31.

En este campo, no obstante, el pensamiento humano a menudo está equivocado, pues se inclina a satisfacer los deseos egoístas, se basa en experiencia y conocimiento limitados y, con bastante frecuencia, se apoya en premisas falsas. Por ejemplo, una tendencia en aumento entre los escritores de libros de autoayuda es basar sus ideas en la teoría de la “psicología evolucionista”, que afirma que las emociones humanas están arraigadas en nuestra supuesta ascendencia animal. La verdad es que todo intento de buscar la felicidad que se cimiente en una teoría que desprecia la importancia del Creador, está condenado al fracaso y, con el tiempo, llevará a la desilusión. Un profeta de la antigüedad declaró: “Los sabios han quedado avergonzados. […]¡Miren! Ellos han rechazado la mismísima palabra de Jehová, y ¿qué sabiduría tienen?” (Jeremías 8:9).

Jehová Dios conoce nuestra composición y sabe qué nos hará realmente felices. Sabe por qué colocó al hombre en la Tierra y qué encierra el futuro, y nos facilita esa información en la Biblia. Lo que revela en ese libro inspirado produce felicidad y provoca una reacción positiva en las personas de buena disposición (Lucas 10:21; Juan 8:32).  La Atalaya
, 1 de marzo de 2001, página 5.

Fin de la citas

http://johnhenrykurtz.blogspot.com.es/2012/05/los-testigos-de-jehova-las-enfermedades.html
http://johnhenrykurtz.blogspot.com.es/2012/05/los-testigos-de-jehova-las-enfermedades_20.html


     Lo documentamos todo, todo y todo.  ¿Quién es el padre de la mentira y las diversas opacidades en el nombre de Dios?